Según me dicen diplomáticos estadounidenses, europeos y latinoamericanos, la intensificación de viejas disputas fronterizas no sólo está provocando un aumento de gastos militares en la región, sino que además está obstaculizando negociaciones económicas con Estados Unidos y Europa. Es muy difícil negociar acuerdos con los diferentes bloques comerciales latinoamericanos cuando muchos de sus integrantes se niegan a sentarse en la misma mesa que sus vecinos con los que tienen disputas territoriales.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, hablando el 18 de septiembre a bordo de un buque de guerra que patrullaba el Archipiélago de San Andrés en aguas reclamadas por Nicaragua, dijo que la última demanda de Nicaragua contra Colombia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya es "improcedente, inamistosa e infundada”. Santos, que ha dicho que Colombia no aceptará un dictamen de La Haya que entregaría a Nicaragua 30.000 millas cuadradas de aguas potencialmente ricas en petróleo, acusa al presidente nicaragüense Daniel Ortega de tener propósitos "expansionistas”.
Daniel Ortega, no sólo está disputando espacios marítimos con Colombia y Panamá, sino también está inmerso en un conflicto con Costa Rica en torno a tierras ribereñas del río San Juan en su frontera común. La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, ha calificado a Nicaragua de "país adversario” y acusó a Ortega de "invadir” parte de su país hace dos años, y de tener "pretensiones absurdas” sobre su territorio.
Bolivia demandó a Chile ante la CIJ para obtener una vía de acceso con soberanía al océano Pacífico a través del actual norte chileno y Perú también llevó a la CIJ su disputa con Chile sobre el espacio marítimo entre ambos países y espera un dictamen antes de fin de año.
Cuando le pregunté si a EEUU le preocupa esta escalada de disputas fronterizas, Roberta Jacobson, encargada de asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado, me dijo que "siempre es preocupante cuando tus socios y aliados de este hemisferio tienen relaciones tensas entre ellos. Eso complica la cooperación”. Los diplomáticos europeos, a su vez, se quejan de que la suspensión de Paraguay del Mercosur, y la disputa entre Paraguay y Venezuela sobre miembro pleno del grupo dificultan el avance de las negociaciones entre la UE y el Mercosur.
