Hemos entronizado en el altar de la imbecilidad, la estupidez y la mentira:

  1. Nuestra reserva de valor es el dólar, cuya paridad no es el patrón oro, sino la confianza en que se mantendrá como moneda de intercambio mundial "hasta que la muerte nos separe del billetito”, es decir, delegamos el resguardo y manejo de nuestros ahorros en un Orden Global que tiene desafíos similares a los nuestros, entre otros: a) Desterrar la corrupción y la droga que ha penetrado en todos los estamentos de los gobiernos, instituciones privadas, etc. b) Generar una economía de desarrollo que involucre la capacitación, cooperación y seguimiento de todos los sectores que integran el PBI, erradicando la pobreza y sus súbditos que fueron y son los votantes de las "mayorías” autocráticas de muchos países del mundo y del vaciamiento del voto republicano en los restantes, manifestado ahora también a través de las redes sociales con las noticias falsas. 
  2. Todos nuestros candidatos hablan de la crisis que más golpea al 30% de nuestra población más necesitada y dicen que la pueden resolver entre todos, acordando "políticas de estado que trasciendan los gobiernos de turno”, entonces ¿porqué no pueden consensuar entre todos ahora, un programa de gobierno que asuma el problema y establezca costos, plazos y forma de enfrentar simultáneamente las urgencias con las decisiones de mediano y largo plazo para mantener las condiciones macroeconómicas estables?
  3. Todos los sectores que integran el PBI conocen perfectamente que el "modelo económico” que se implementa favorece más a determinados sectores que a otros, entonces ¿Por qué las cámaras empresarias, cooperativas y ONG, los colegios profesionales, los sindicatos y los funcionarios no acuerdan amortiguadores para que todos puedan crecer, empezando con la capacidad ociosa de los sectores más favorecidos en infraestructura, financiamiento, conocimientos, servicios, etc.?
  4. La generación de confianza con condiciones macroeconómicas estables viene de la sustentabilidad de los proyectos de inversión y una reserva de valor que se encuentre debidamente resguardada por la generación de una criptomoneda (Unidad de Intercambio Normalizada) que refleje los activos manejados por Fideicomisos Administradores (con contratos inteligentes y billeteras digitales sostenidas en Blockchains (Cadena de bloques mantenida en redes distribuidas en pares de computadoras que validan cada transacción sin ninguna autoridad de aplicación privadas o públicas), de manera estable, segura, con una renta razonable para los inversores y sin costos provenientes de la emisión/traslado de billetes junto con regulaciones y/o cargas impositivas incompatibles con los sectores menos favorecidos por el Modelo Económico implementado y poco sustentables. Es decir la emisión de la criptomoneda, puede hacerse con una paridad de 1 a 1 con el dólar, o con un conjunto estable de divisas para ser totalmente transparente, regida por una norma creíble, predefinida con un algoritmo que puede ser visualizado con una "Norma Inteligente” que refleje los cambios de las condiciones macroeconómicas. Esto va permitir la utilización cada vez mayor de monedas virtuales (Estabilización de intercambio y monetaria 2.0 independiente del BCRA), mientras se instrumentan consensos que hagan previsible y sustentable cada actividad.
  5. El mundo es dual, por eso debemos articular un delicado equilibrio entre las dicotomías (que inútilmente nos enfrentan) ya que son caras de la misma moneda. El universo es mental: si los que se autocompensaron llegaron a niveles insólitos es porque del otro lado estábamos cómodos y mientras no nos alcanzara, nuestro egoísmo y falta de participación permitió que siguiera la fiesta con los recursos de todos y no acompañábamos a quienes intentaban infructuosamente detenerlos, siendo cómplices tácitos, por acción u omisión, de lo que ocurría. 

 

  • Somos responsables

En todas los organismos e instituciones públicas o privadas existen los idealistas, cuya mística cautiva a todos, motiva a los luchadores natos para conseguir los resultados que entusiasman al equipo que conduce y al resto de los que colaboran en la organización para hacerla sustentable aún en momentos críticos, sin que dejen de existir también "corchos” que flotan y van según los lleve la corriente, junto con los oportunistas que buscan su provecho y no les importa demasiado si coincide o no con la misión de la organización. Por eso es importante reconocer que todos somos responsables de la actual situación, en distinto grado y, conforme a nuestra capacidad de generar alternativas, hemos permitido que se llegara a este punto.

 

 

Por el Ing. Mario Enrique Graffigna Bustelo