El Ranking de Percepción de Corrupción 2009, dado a conocer por Transparencia Internacional, ONG con sede en Alemania, y considerado el más importante de su tipo, clasifica los niveles de corrupción en 180 países. A nivel mundial, los menos corruptos son Nueva Zelanda y Dinamarca, y los más corruptos Somalia y Afganistán. En América latina, excluyendo al Caribe, los campeones de la corrupción son Venezuela, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Bolivia y Argentina.

Casi todos los presidentes de estos países hicieron sus campañas prometiendo acabar con la corrupción. En Venezuela, donde Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998 prometiendo terminar con lo que acertadamente describía como una clase política corrupta, la corrupción no ha hecho más que empeorar desde que asumió el poder. Cuando empezó el Ranking de Corrupción en 2001, Venezuela ocupaba el puesto número 69 en una lista de 91 países que iba de los menos a los más corruptos, o sea en el percentil 25 de las naciones más corruptas. En 2009, Venezuela está 162 en la lista de 180 países, o sea en el percentil 10, mucho más cerca de Afganistán y Somalia.

¿Hay alguna relación entre populismo y corrupción?, le pregunté a Alejandro Salas, director del departamento de las Américas de Transparencia. Salas observó que todos los países latinoamericanos considerados como los más corruptos están gobernados, o lo estuvieron hasta hace poco, por líderes populistas. Salas dijo que "hay una relación directa entre populismo y debilidad institucional. Y la debilidad institucional conduce a la corrupción".

En análisis divide a la región en tres grupos. En el primero están los que mejor califican: Chile, Uruguay, Puerto Rico y Costa Rica. Son los menos corruptos y tienen estabilidad, elecciones libres y periódicas, y sistemas judiciales independientes, organismos de control eficaces.

El segundo bloque, integrado por Brasil, México, Colombia y Perú es contradictorio: tienen algunas instituciones modernas, pero también muchas herencias del pasado que llevan a la corrupción. En el tercer bloque, abajo en la tabla, están los que han sufrido una especie de "captura del Estado" por parte de líderes carismáticos, caso de Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Honduras, donde las decisiones políticas no pasan por ningún mecanismo de control.

¿Y Estados Unidos?, pregunté a Salas, señalando que aparece como el segundo país menos corrupto de América, después de Canadá. ¿No debería figurar en un puesto mucho menos honorable, considerando el caso de Bernard Madoff y varios otros escándalos financieros? Según Salas puede deberse a que las preguntas estaban referidas a la corrupción gubernamental, no a la privada.

Mi opinión: En los próximos años, a medida que surjan más detalles sobre la escandalosa falta de supervisión financiera en el gobierno de Goerge W. Bush, que precipitó la actual crisis económica, EEUU puede bajar algunos puestos en el ranking. Pero no me sorprende que Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua estén entre los países más corruptos del mundo. Sus gobernantes han intentado adueñarse de todas las instituciones del Estado, y ahora tratan de acallar a la prensa.