Las pequeñas y medianas empresas argentinas (pymes) dedicadas a la innovación tecnológica realizan un trabajo silencioso y pocas veces reconocido por la sociedad a pesar de la amplitud de campos donde se aplican diferentes soluciones para optimizar cosechas, líneas fabriles, atención sanitaria y mejorar las condiciones de vida.

El problema que acota el desarrollo del sector es común a todos los emprendedores, e incluso inversores mayores, como es la financiación para poder concretar los planes en los que están comprometidos científicos y técnicos y la participación de universidades dedicadas a la investigación aplicada. Esta coyuntura limitadora será superada de ahora en más gracias a estímulos crediticios sin reintegros, según una decisión del Gobierno nacional que ha tenido amplia acogida en las pymes beneficiadas.

Se trata de subsidios para proyectos centrados en la incorporación del equipamiento para crear o aumentar capacidades tecnológicas que permitan nuevos desarrollos en bioingeniería, nanotecnología y tecnologías de la información y la comunicación. Los aportes no reembolsables, serán otorgados por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, hasta 1,6 millón de pesos por iniciativa, bajo la administración del Fondo Tecnológico Argentino.

El apoyo, dentro de la bioingeniería estará dirigido a las iniciativas orientadas a ingeniería biomédica, en particular biomateriales, ingeniería hospitalaria, biomecánica, bioóptica, biosensores, ingeniería clínica, imágenes médicas, órganos artificiales, procesamiento de señales biológicas y telemedicina. Entre los proyectos a subsidiar en el área de biotecnología se considerarán los que apunten a las ingenierías bioquímica, de biosistemas, genética y de procesos biológicos; y las biotecnologías agrícolas y veterinaria.

En nanotecnología se incluyen nanomateriales, nanointermediarios y nanosensores. Todos los casos serán financiados hasta 50% del costo total del proyecto, en tanto el resto deberá ser invertido por la pyme beneficiaria. El subsidio podrá ser destinado a la adquisición de insumos o materiales y de equipamiento o tecnología, incluyendo los gastos necesarios para su puesta en marcha.

Es un salto trascendente para no quedar atrás en la era tecnológica que vivimos.