Señor director:


El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, coincidió con su colega nacional en justificar el desalojo de la planta de Pepsico, al asegurar que Gendarmería y la Policía "actuó como tiene que actuar" ante una orden de la justicia. "La orden judicial hablaba de desaloj", sostuvo en declaraciones a la prensa, desde el Centro de Coordinación Estratégica de la Policía".


La sociedad, una vez más, se vio avasallada por actos de violencia que motivan candidatos y dirigentes políticos, para crear confusión y desprestigio a quienes, en su momento los derrotaron y hoy gobiernan por el voto popular.


La sociedad está harta de piquetes y violencia, por tal motivo, apoya el accionar de la policía, exigiéndole al gobierno más presencia, para que de una buena vez, finalice la incertidumbre, que asusta: "¿cuándo debemos morir asesinados por sicarios manipulados por políticos delincuentes, ávidos de poder?".


Poco le importó a los dirigentes como Nicolás Del Caño, mostrarse en los medios. Estuvo muy claro como motivaban a su militancia a acrecentar la violencia. Supuestos obreros despedidos que no aceptaron las condiciones de otros 500 operarios, que supuestamente no tienen dinero pero sí les alcanzaba para comprar carpas para invadir el predio de la empresa y crear el caos. Quedó evidenciada la furia de la manifestación de violencia sin límites. 


Nos solidarizamos con la agente de la Policía que fue agredida y que sufrió la fractura expuesta de su pierna derecha en cumplimiento del deber.


Si Del Caño cree que su violencia le otorgará votos para ascender políticamente, se equivoca. Su violencia será su propia derrota.