El pase de Croacia a la final del Campeonato Mundial de Fútbol con su triunfo sobre Inglaterra, no sólo ha sido una gran alegría futbolística y popular para este país de los Balcanes, al sur de Europa, situado a orillas del mar Adriático y con el río Danubio como límite oriental, sino el mayor bálsamo en sus casi tres décadas de independencia. En otros deportes, como el basquet, también logró actuaciones europeas de muy alto nivel, pero nunca una final internacional de esta envergadura. Es la misma Croacia que entre 1991 y 1995 padeció las más profundas crueldades que provoca una guerra, prácticamente fratricida, como la que se desató tras la caída del Muro de Berlín (1989) y la consecuente desaparición de la ex URSS y de la entonces República Federativa de Yugoslavia a la que pertenecía, junto a Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Serbia. Al separarse estes repúblicas sobrevinieron los enfretamientos por la pertenencia de territorios, pueblos y hasta lenguas o idiomas. Sobre todo el que protagonizaron Serbia y Croacia a partir de 1991 cuando, apenas producida la independencia de Eslovenia, el Parlamento de Croacia declaró unilateralmente su independencia provocando una crisis bélica por la negativa de las minorías serbias en territorio croata a aceptar su integración en el nuevo Estado. El todavía vigente ejército federal yugoslavo en apoyo de Serbia provocó una gravísima guerra civil que incluyó la aplicación de métodos nazis y el veloz rebrote de problemas étnicos y políticos en un principio insalvables. Finalmente, en 1992 Croacia obtuvo el reconocimiento de independencia de la Comunidad Europea (CE) y de las Naciones Unidas, aunque fue recién en 1995 cuando cesaron los enfrentamientos bélicos con una victoria decisiva de Croacia.


Por todo ello, el exultante gozo de los croatas tras su triunfo por 2 a 1 en el reciente partido de semifinales contra Inglaterra, ponía de nuevo a su país en las portadas de los medios periodísticos internacionales pero ya no por la tragedia del conflicto armado, sino por un logro que está estrechamente vinculado al crecimiento del país. Es que los poco más de 4 millones de habitantes de Croacia que pueblan hoy los 20 condados (provincias) y la capital, Zagreb, trabajaron al unísono por la recuperación y transformación de la nación en todos los órdenes llegando a lo que es hoy, un exponente de república digna de integrar la UE (desde 2013), con una economía dominada por el sector servicios, industria, ganadería y agricultura y un índice de Desarrollo Humano muy alto, al igual que el turismo.

Portadas de los principales diarios españoles reflejando la cruel guerra de Croacia.

De tal magnitud fue la recuperación, que el Banco Mundial califica su economia "de altos ingresos'', y el FMI como visiblemente "emergente y en desarrollo''. De la mano de esa incipiente riqueza, la sociedad no se quedó atrás en lo referente a la educación, la cultura, un sistema de salud universal accesible y la promoción de los deportes.


Recuerdo como experiencia muy cercana desde mi labor periodística en España, el seguimiento diario que hacían las agencias de prensa de los conflictos y de la muy seria preocupación del mundo entero, sobre todo de Europa y sus instituciones, por sus posibles derivaciones. De mi archivo personal en papel rescato títulos como "Miedo a la tercera guerra de los Balcanes'', "El país que se volvió loco'' y "Los Balcanes en el ojo del mundo'', titulares del diario español "El País'', "Persecución y limpieza étnica'', del ABC, "El avispero del mundo'' y "Violaciones y masacres en Croacia'', en "El Mundo''. Y escalofriantes datos sobre las consecuencias de este enfrentamiento serbio-croata-yugoslavo desarrollado a lo largo de casi tres años con mil días de intensos combates.


Más allá del resultado de la final con Francia, la selección de fútbol de Croacia ya cumplió y obtuvo el mayor premio, extensivo, con derecho, a cada uno de sus habitantes. Y con una presidenta del país, Kolinda Grabar-Kitarovic, que dio ejemplo de austeridad y humildad al acompañar al equipo en Rusia. En síntesis, un modelo, el de Croacia y su pueblo, a tener en cuenta en estos tiempos.