El resultado de las PASO, tomadas aquí como si fueran una elección definitiva cuando todavía faltan dos meses para el 27 de octubre y otro mes para una eventual segunda vuelta, ha motivado acciones inmediatas por parte del gobierno. Frente a lo que suele ser habitual en estos casos, que es un refresco con un cambio de ministros, Macri en un principio había decidido conservarlos hasta que en la tarde de ayer se confirmó la salida del jefe de Hacienda, Nicolás Dujovne, tal vez uno de los hombres más golpeados por la crisis que enfrenta por estas horas el oficialismo. Pero lo que ha llamado la atención es la fuerte acción en el campo económico. Si uno tiene que sintetizar las características de las medidas, hay que decir que el gobierno está haciendo lo que pedía la oposición: "Poner dinero en el bolsillo de la gente" tal como sugería Alberto Fernández en sus cortos de televisión o "encender la economía", "hace 4 años que los argentinos consumimos cada vez menos" etc. La cuestión es interesante desde el punto de vista teórico. Mantiene su discurso de fondo y a la vez opera con las políticas de la oposición, con lo que deja a los contrincantes en una posición difícil para diferenciarse en la campaña que se inicia el 7 de septiembre. Esto se parece bastante a lo aplicado por Bill Clinton en USA bajo el asesoramiento del politólogo Dick Morris y durante sus dos mandatos. Clinton, siendo demócrata, dejó al país con superávit presupuestario abundante no obstante verbalizar su cercanía con las clases bajas y medias. Desde el punto de vista del gasto público, fue un conservador. En San Juan ocurrió algo parecido con la administración de Gioja, nunca antes la provincia había terminado dos ciclos consecutivos con equilibrio fiscal y con plata en un fondo anticíclico, un gobierno "sentado en la caja" como se dice. Novedoso para un peronista. Los episodios de estos días son más que atractivos. La oposición tratando de descalificar las medidas que ella misma pedía solicitando a Macri que "actúe como Presidente" y no como candidato, algo también raro de escuchar en boca de cualquier político en este país. Baja de precios de artículos de primera necesidad por eliminación de IVA, perdón fiscal a las pymes deudoras de la AFIP extendiendo a 10 años los planes de pago para evitar ejecuciones, precios estables de combustibles por tres meses, aumento del salario mínimo, facilidades de pago para los jóvenes que tomaron su primer crédito hipotecario y otros anuncios que se conocerán en próximas horas. El plan de corto plazo, tenga la finalidad que tuviere, beneficia a trabajadores, clase media y Pymes con costo fiscal de unos 40 mil millones. ¿De dónde saldrán? De reasignar partidas. En su mensaje del martes, Macri dijo que por ser ingeniero pensó que la obra de infraestructura era esencial y es evidente que eso no dio resultado. Conclusión: el dinero saldrá de retrasar o directamente cortar los fondos para esas obras. Otras directamente perjudicadas en sus recursos futuros son las provincias por la rebaja del IVA a cero para productos básicos. El IVA es coparticipable por lo que una menor recaudación nacional por esa vía tendrá la consecuencia de disminuir también los giros a los distritos. Toda modificación de impuestos debería pasar por el Congreso pero, ¿quién se animará a proponerlo? A diferencia de otras crisis del pasado, los movimientos actuales no son el resultado del mal estado de los llamados fundamentos de la economía: nivel de reservas, equilibrio fiscal, balanza comercial, depósitos en los bancos etc., por lo que hay lugar para pensar que todo podría terminar una vez aclarado el panorama político. 

Hay empresas argentinas cuya cotización de Bolsa quedó por debajo de sus activos físicos y balances (edificios, clientes).

Como sabemos, el peso argentino se devaluó tanto como para que el dólar pasara en menos de una hora de 47 pesos a 60 para estabilizarse el viernes sobre 58. Las acciones de las principales empresas se desplomaron más que nunca en la historia casi a la mitad de su valor y el riesgo país, luego de algunas fluctuaciones, quedó en más de 1.600 puntos, otra cifra récord. Por el día jueves aparecieron los llamados "fondos buitre" que compran aquellos bonos cuyo precio está al nivel de la basura. Es como si uno compra un auto por el valor de la chatarra, sabe que no podrá bajar de precio y que en algún momento retomará su valor lógico. Esos buitres antipático cumplen la misma función de los pájaros, ayudan al equilibrio ecológico, empiezan a comprar y eso hace que el precio se recupere. En cuanto a los bonos públicos, hay uno, el Bonar 20, que puede llegar a dar un rendimiento del 59% en dólares y tiene vencimiento el octubre de este año. El Banco Central intervino enérgico lunes y martes para luego ir retirándose de ventas masivas hacia el viernes. El diálogo a media semana entre los dos gallos del gallinero, Macri y Fernández, fue considerado por ambos como "productivo" y tranquilizó los ánimos al menos transitoriamente. Ha quedado una pesadilla para los encuestadores. Nadie vio venir lo que pasó como ya había ocurrido antes en el Reino Unido con el brexit. A simple vista se estuvo abusando de la consulta telefónica con el agravante de que ahora se llama a celulares por lo que el ciudadano sospecha que se conoce su nombre, algo inconveniente a la necesaria confidencialidad del que opina. Para colmo, ni siquiera un ser humano se toma el trabajo de llamar, son máquinas que sugieren: "marque 1" "marque 2". En lo que viene, Alberto querría despertar mañana y que fuera 26 de octubre mientras Macri intentará hacer de cada día una semana. ¿Será tarde para la acción del Presidente? ¿Faltará mucho para el desafiante? Desde ahora veremos una verdadera campaña.