La cuenca del Amazonas abarca nueve países de Sudamérica: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Guayana Francesa, y Surinam.


El papa Francisco hizo pública recientemente "Querida Amazonia". Es una Exhortación Apostólica post sinodal. Allí comparte sus "Sueños para la Amazonia", cuyo destino debe preocupar a todos, porque esta tierra también es "nuestra". Allí el Papa expresa "cuatro grandes sueños".

  1. El sueño social: la Iglesia al lado de los que sufren. Destaca que un verdadero planteo ecológico es también un "planteo social". Hay una larga historia de vejámenes. En tonos vibrantes, habla de "injusticia y crimen". Recuerda que Benedicto XVI ya había denunciado "la devastación ambiental de la Amazonia". Los pueblos originarios, advierte, sufren el "sometimiento" tanto de los poderes locales como de los externos. Y con Juan Pablo II reitera que la globalización no debe convertirse en un nuevo colonialismo.
  2. El sueño cultural: cuidar el poliedro amazónico. En este capítulo Francisco deja claro que promover la Amazonia no significa "colonizarla culturalmente". Así, utiliza una imagen que le es muy próxima: "el poliedro amazónico". Es necesario luchar contra la colonización postmoderna. Para Francisco es urgente "cuidar las raíces" . Citando a "Laudato si" y "Christus vivit", subraya que la visión consumista del ser humano tiende a "homogeneizar las culturas" y esto repercute especialmente en los jóvenes. A ellos, el Papa les pide hacerse cargo de las raíces, que "recuperen la memoria dañada". La diversidad no es una frontera sino un puente.
  3. El sueño ecológico: Se relaciona más inmediatamente con la Encíclica "Laudato si". En la introducción se destaca que en la Amazonia existe una estrecha relación del ser humano con la naturaleza. El cuidado de nuestros hermanos como el Señor nos cuida, es la primera ecología que necesitamos. El cuidado del medioambiente y el cuidado de los pobres son inseparables. Francisco, entonces, vuelca su atención al "sueño hecho de agua" . Cita a Pablo Neruda y a otros poetas locales sobre la fuerza y la belleza del río Amazonas. Con sus poemas, escribe el Papa, "nos ayudan a liberarnos del paradigma tecnocrático y consumista que destroza la naturaleza". Todo desarrollo ha de ser siempre sostenible.


La solución, por lo tanto, no es la "internacionalización" de la Amazonia, sino que debe crecer la responsabilidad de los gobiernos nacionales. El desarrollo sostenible, continúa, requiere que los habitantes estén siempre informados sobre los proyectos que les conciernen y espera la creación de "un sistema normativo" con "límites infranqueables".


Así, invita a la "Profecía de la contemplación". Escuchando a los pueblos originarios, subraya, podemos amar a la Amazonia y no solo utilizarla.


4- El sueño eclesial: una Iglesia con rostro amazónico. El último capítulo, el más contundente, está dedicado más directamente a los pastores y fieles católicos y se centra en el "Sueño eclesial". El Papa invita a desarrollar una Iglesia con rostro amazónico a través de un gran anuncio misionero. No basta con llevar un mensaje social. Estos pueblos tienen "derecho al anuncio del Evangelio", de lo contrario "cada estructura eclesial se convertirá" en una ONG.


"Querida Amazonia" habla de la "inculturación" como un proceso que lleva a la plenitud a la luz del Evangelio, lo bueno que ya existe en las culturas amazónicas.


Los valores presentes en las comunidades originarias, deben ser recogidos y llevados a plenitud en la evangelización. Dicha inculturación debe tener un "perfume marcadamente social" y debe integrarse con la dimensión espiritual.

Por Dr José Juan García
Vicerrector de la Universidad Católica de Cuyo