En el acto de inauguración de la Villa Augusto Krause acontecido el 12 de octubre de 1913, el gobernador de la provincia, Victorino Ortega decía: "bien hizo, pues, el Ingeniero Krause en llevar a la práctica esta vasta concepción, echando los cimientos de esta obra sin precedentes aquí (…). Al declarar oficialmente inaugurada la "Villa Augusto Krause”, hago votos para que todas las auras del porvenir le sean propicias y porque llegue cuanto antes al rango de ciudad…”
La casa del fundador era una vieja casona con frente sobre la calle Mendoza, metros al sur de Boulevard Sarmiento. La denominó "El Buen Retiro de Domingo Krause”. La casa, de techos muy altos y paredes anchas de adobes, cual casa romana, abría sus puertas a un gran patio interior, de tierra, enmarcado por amplias galerías y grandes habitaciones. Más atrás estaba el molino, que aún hoy está en pie, y más allá todavía, los parrales que plantó. Esa casa que estoy describiendo como la recuerdo desde mi propia infancia, es la que habitó Don Domingo con su esposa María Vivodá y sus 9 hijos: Oscar, Martín, Domingo, Roque, Elisa, Bernardo (mi padre), Leandro, Marcelo y Julio.
Los años que siguieron fueron modelando la fisonomía de La Villa. Se construyeron las primeras casas. Se inauguraron: la primera escuela, que funcionó en la esquina de Torino y Pasaje Argentino desde el año siguiente a la fundación; la biblioteca Domingo Faustino Sarmiento, en 1914; la Escuela Domingo Faustino Sarmiento, en 1917; las oficinas de correo, en 1918; el estadio, también en 1918; y la capilla Nuestra Señora de Andacollo, en 1929.
Según dice Duilio Castro en su obra "Conozca Rawson”, entre los primeros pobladores de La Villa estuvieron: Romelio Alaníz, Eusebio Galdeano, Antonio Moya, Antonio Calvo, Justo Barboza, Juan Mercado, Pascual Aballay, Amalia Quiroga de Gizzi, Manuel Pizarro, Zacarías Varas, Manuel Magariños e Ismael Soto.
Creemos que lo que impulsó a Don Domingo a fundar la Villa fueron las mismas ideas de civilización que profesaba el gran sanjuanino Domingo F. Sarmiento, de quien Don Domingo y su hermano mellizo Faustino eran ahijados dada la entrañable amistad que unió a su padre con el prócer.
Hoy al cabo de 100 años, la Villa es una ciudad pujante como seguramente la soñó su fundador. Paradójicamente "El Buen Retiro”, la vieja casa de Don Domingo que había sobrevivido el devastador terremoto de 1944, sucumbió ante el ensanche de la calle Mendoza y otros avatares del progreso y de los cambios sociales. Hoy solo una pequeña parte de ella se mantiene en pie. El viejo estadio es hoy el Club Unión de Villa Krause, la plaza central ha sido remodelada y también la Iglesia. El Boulevard Sarmiento es una avenida que desborda de comercios y de gente. Y "la ciudad” ya no está lejos.
(*) Nieto de Domingo Krause.