Las amenazas, disparates y proclamas ideológicas que lanzaron Evo Morales y Hugo Chávez durante la primera Conferencia Mundial de los Pueblos contra el Cambio Climático y los derechos de la Madre Tierra celebrada en Cochabamba, Bolivia, echaron por tierra las buenas intenciones de una reunión que busca mejores alternativas para la reducción de los gases de efecto invernadero.
Entre las propuestas sobre la defensa de la Madre Tierra se destaca una iniciativa muy pragmática que Morales había liderado en la fracasada cumbre mundial de Copenhague, en diciembre pasado. La creación de un Tribunal Internacional del Clima donde se pudiera demandar a los infractores, idea que comulga con la de países europeos (aunque agravándolas) que pedían que el acuerdo que reemplace al Protocolo de Kyoto sea obligatorio, se reduzcan las emisiones de carbono entre 25 y 40% para 2020 y crear un fondo anual de 50.000 millones de euros para financiar a los países víctimas del cambio climático.
Pero la propuesta se desluce y pierde seriedad cuando a semejanza del lema "socialismo o muerte", Chávez suma la mesiánica proclama de "Pachamama o muerte", y amenaza crear un organismo sustituto de la ONU "Pueblos Unidos" si para la próxima cumbre de Cancún en diciembre, no se detiene el "chantaje" de EEUU contra Ecuador, al haberle retirado ayuda económica por no apuntalar la iniciativa climática de Barack Obama.
Si bien es cierto que los mayores responsables del calentamiento global de las últimas décadas y de las divergencias en Copenhague fueron EEUU, la Comunidad Europea, China e India, también habría que contemplar que una Corte Internacional tenga jurisdicción sobre todos los países, no sólo sobre los ricos, un tema deliberadamente soslayado en Cochabamba. El cambio climático no es sólo consecuencia de los protagonistas de la revolución industrial, sino también de países pobres y en vías de desarrollo, responsables por los 13 millones de hectáreas de bosques que se destruyen al año.
Lo que echa por tierra las buenas intenciones de Cochabamba es ese mensaje ideológico, resentido y cansino, en todas las conclusiones. Una propone un referéndum mundial para 2011. Chávez y Morales lo promoverán preguntando a la gente si no cree que el capitalismo es el que arrastra al Planeta al apocalipsis, en sintonía con la afirmación del boliviano sobre que el socialismo es el "único camino para la salvación de la especie humana y el buen vivir", algo que ni los propios socialistas creen.
En sus acusaciones, ambos mandatarios no se olvidaron de los medios de comunicación, a los que responsabilizaron de tergiversar la información a favor de los países y empresas capitalistas responsables del cambio climático, reclamándoles mayor objetividad y educación. La ofuscación contra los medios fue potenciada, en parte, por el tono burlón con el que se replicaron en el mundo los disparates de Morales durante la inauguración de la conferencia, en la que exigió una vida "socialista comunitaria" para hacer las "paces con la Pachamama".
Dentro de su lógica socialista, Morales dijo que comer carne de pollo engordado con hormonas femeninas provoca homosexualismo, que en Europa los hombres son calvos por comer alimentos transgénicos, que la Coca-Cola sirve para destrancar inodoros, que el Alka-Seltzer es un medicamento occidental que cura la cabeza pero genera dolores de estómago, y que se debe comer en platos de barro porque cuando se rompen vuelven a la tierra.
"LA ORATORIA es un arte difícil. Es la destreza en el uso de la palabra para seducir, persuadir y conmover. Cuando las buenas causas son promovidas por excelentes oradores, tienen posibilidades de triunfo"
