Desde la implementación de la asignación universal por hijo, los niveles de asistencia a las aulas escolares aumentaron considerablemente, en relación a que uno de los requisitos básicos para el otorgamiento del subsidio, es acreditar el envío de los chicos a la escuela. Los problemas que, en este sentido, se comenzaron a manifestar el año pasado se han recrudecido en el inicio del nuevo ciclo lectivo.

En las palabras de la propia ministra de Educación, Cristina Díaz, se puede decir que actualmente hay un desborde de alumnos en algunos establecimientos educativos. El problema se presenta, especialmente, en aquellas escuelas ubicadas en las inmediaciones de nuevos barrios ya que los padres, en un intento de que sus hijos concurran a la escuela más cercana al nuevo domicilio, se han volcado masivamente a inscribirlos en esos establecimientos.

Quienes sufren en mayores proporciones este fenómeno, son los alumnos repitentes quienes, con cierta lógica, quedan postergados en la lista de prioridades a la hora de considerarse su inscripción en una escuela.

Las autoridades educativas deberán trabajar arduamente para solucionar este inconveniente, que por ahora está provocando que haya aulas superpobladas de alumnos, implementando algún sistema que les permita a los chicos tomar las clases en mejores condiciones de las que existen actualmente. La implementación de horarios diferenciales o la aplicación de los establecimientos surgen como las primeras alternativas, más allá de que existan otras más apropiadas que puedan ser sugeridas por las autoridades competentes.