Por la Dra. Gladys Aballay Meglioli
Filología Hispánica

Segunda y última parte
 
Intentar definir el amor resulta un verdadero desafío. Esto se puede comprobar desde El Quijote hasta Sarmiento. En cuanto a las manifestaciones literarias el registro de parejas unidas por el amor suele ser paradigmática, quizás la obra de teatro de Shakespeare "Romeo y Julieta" resulta un emblema basado en la lucha por el amor, una lucha contra viento y marea, que lamentable terminó con un desenlace trágico, con la muerte de los protagonistas. Otra obra de la épica "La Ilíada", de Homero, relata el rapto de Helena por parte del príncipe Paris de Troya. Esto desencadena una guerra que culmina por medio de un obsequio dejado en la playa y luego fue introducido un caballo de grandes dimensiones dentro de la amurallada ciudad de Troya. Helena se constituye en el amor imposible, el deseo de un hombre que codicia la belleza de esta mujer, más allá de los verdaderos intereses políticos y económicos, que en realidad escondían esta trama. Una obra universal como "El Quijote de La Mancha", de Miguel de Cervantes Saavedra, aunque sea una sátira a las novelas de Caballería, tiene una historia de amor, el confeso amor del Quijote por Dulcinea del Toboso. Por amor Ariadna, en la antigua isla de Creta, decide ayudar a Teseo a matar al Minotauro (mitad hombre y mitad toro), y el ardid de llevar una soga para encontrar el camino para salir del laberinto, le permite a Teseo salvar prácticamente su vida, aunque la amada no tuvo la recompensa de un amor correspondido, ya que la princesa Ariadna, camino a Atenas, fue abandonada en la isla Día por Teseo.


Con respecto a hechos históricos de nuestro país como el ocurrido durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, en medio de una crisis política, se manifiestan dos protagonistas, que encarnan un amor prohibido. El sacerdote Estanislao Gutiérrez y Camila O' Grosman, una niña de la alta sociedad, y amiga de Manuelita, hija de Rosas. Su fuga fracasó cuando fueron reconocidos por un cura. Al ser capturados tuvieron que volver a la fuerza a Buenos Aires. Se les dio muerte por separado y antes de morir Estanislao entregó a un amigo un mensaje a su amada Camila: "acabo de saber que mueres conmigo, ya que no hemos podido vivir en la tierra unidos, nos uniremos en el cielo, ante Dios. Te abraza, tu Gutiérrez".


Leyendas del pasado llegan también hasta nuestros días, donde se da la vida por el otro, la "Difuntita", Deolinda Correa, al partir su esposo, Clemente Bustos, que fue forzado a ir al frente con las tropas de las montoneras. Ella decidió ir a buscarlo y se animó a caminar por el desierto, pero en este peregrinar la sorprendió la muerte. No obstante su pequeño niño sobrevivió gracias a la leche materna, dando vida después de su partida. Fue así como la encontraron algunos arrieros en el paraje de Vallecito, de nuestra provincia de San Juan. En cuanto al género epistolar cuenta con muchísimos ejemplos y hasta nos sorprenden porque llegamos a conocer la intimidad de hombres de carácter, que se desvivían por su ser más querido. Napoleón Bonaparte un hombre de carácter rudo que comandaba un ejército y era conocido por su crueldad, le escribía a su esposa Josefina: "No he pasado un día sin amarte; no he pasado una noche sin estrecharte en mis brazos; no he tomado una taza de té sin maldecir la gloria y la ambición que me tienen alejado del alma de mi vida". El mismo Domingo Faustino Sarmiento, como escritor en su epistolario íntimo nos presenta un texto casi que se convierte en poesía. Su verdadero nombre, recordemos, era Faustino Valentín Sarmiento, ya que nació el 14 de febrero. Luego, en su entorno familiar, comenzaron a llamarlo Domingo, y así se reemplazó su nombre Valentín. Tal vez por este motivo hizo que se convirtiera en un hombre muy enamoradizo, y entre las mujeres con las que tuvo una apasionada relación, Aurelia Vélez Sárfield llegó a trascender debido a las cartas que le escribía. Una de estas cartas fue interceptada por su hijo Dominguito que dio aviso a su madre, y provocó la disolución del matrimonio de Sarmiento. En una carta a Aurelia, su querida amante le escribió en una oportunidad: "he necesitado tenerme el corazón a dos manos, para no ceder a sus impulsos. No obedecerlo era decir adiós para siempre a los afectos tiernos y cerrar la última página de un libro, que contiene dos historias interesantes". La lírica por su parte nos presenta a grandes escritores que condensan en sus versos verdaderos sentimientos. El escritor Francisco Luis Bernárdez en su poesía "Estar enamorado" expresa: "Estar enamorado, amigos, es encontrar/ el nombre justo de la vida" (...) "Estar enamorado, amigos, es descubrir donde/ se juntan cuerpo y alma" (...) "Estar enamorado, amigos, es padecer espacio/ y tiempo con dulzura". Para Pablo Neruda en su poema "Integraciones" nos confiesa: Después de todo te amaré/ como si fuera siempre antes/ como si de tanto esperar/ sin que te viera ni llegaras/ estuvieras eternamente/ respirando cerca de mí. (...) Cerca de ti es cerca de mí/ y lejos de todo es tu ausencia". Desde luego que son muchos los escritores que pueden incluirse con sus magistrales obras, simplemente evocar estos versos nos acercan un poco a ese deseo de expresar con palabras el amor que late en nuestro interior.


Es evidente, que quien conoce el empleo del lenguaje pareciera que puede llegar a tener más posibilidades en la seducción por medio de la palabra. Tal es el caso del Premio Nobel de Literatura, el escritor Mario Vargas Llosa que cautivó el corazón de Isabel Preysler, considerada la reina de las revistas del corazón en España, a través de cartas, según las confesiones que ella misma realizara en una entrevista recientemente. También podríamos citar fragmentos de canciones, títulos de películas, obras pictóricas donde los seres amados eternizan su amor, aunque por medio de lo expuesto espero sean visibles algunos encuentros amorosos, amores platónicos, imposibles, y eternos.


Desde luego que si tuviéramos que decidir por la elección de un ícono del amor nos quedaríamos con Cupido, dios del deseo amoroso, hijo de la diosa del amor, Afrodita. Él también llegó a enamorarse de Psiques, con quien tuvo tres hijas. Se dice que con su arco y flecha anda de un lugar a otro disparando dardos amorosos.