Resulta claro que el gran lastre de la economía española es el desempleo. Se acaba de conocer que la cifra de desempleados alcanzó un récord de 5,3 millones de personas durante el pasado año, pero para los venideros el futuro no resulta alentador. El Instituto Nacional de Estadística (INE) indicó que la tasa de desempleo entre los meses de octubre y diciembre llegó al 22,85% de la población activa, aún peor de lo esperado. De este modo, la tasa sube en 1,33 puntos y es la mayor registrada desde el primer trimestre de 1995, cuando se colocó en 23,49%. Se trata de una cifra sin precedentes y los expertos destacan que no se creará empleo neto al menos hasta 2013.
Una estadística muestra números, pero detrás de ellos hay personas que viven un drama que atenta contra su misma dignidad. Por eso resulta alarmante que en 2011 se perdieron casi 70 empleos por hora. Ahora que la economía se encamina a una segunda recesión que puede durar dos años, 2012 y 2013, según el FMI, el Banco de España ha dejado de lado cualquier referencia optimista, y estima una tasa de desempleo del 23,4% para este año. Es decir, podría rondarse la histórica cifra de seis millones de desempleados, más del doble que Alemania.
El Instituto Nacional de Estadística español contabiliza como desempleado a aquel que busca trabajo pero no encuentra. España, que fue el país de moda durante la "década del ladrillo" con el apogeo inmobiliario y la construcción récord de viviendas, vio el pasado año cómo se marchaban 445.130 extranjeros y 62.611 españoles fuera de los límites de la península, dirigiéndose a Suiza, Alemania y Reino Unido: destinos favoritos donde algún atisbo de crecimiento se percibe.
