Mi decepción con la clase política no es una ocurrencia. Es una ola que no para de crecer, porque lo escucho cada vez más seguido. Por supuesto, hay, o habrá, excepciones. Habrá quienes se arriman para servir y no servirse de la cosa pública. Mientras, busco entre los que están, escucho y leo, con la mayor atención y el mayor equilibrio posible, sus propuestas. Desencantado con Macri, al que voté, y definitivamente opuesto a Cristina y el kirchnerismo, busco una alternativa. Y encuentro que Alternativa Federal, que por su nombre debería representar efectivamente, una tercera vía, no lo es. Por quienes se juntan para promoverla, que por lo tanto no están, Ni con Macri ni con Cristina. Y leo, Pichetto, Massa, Manzur, Scioli…y dejo de leer. ¿Por qué debería ser distinto ahora, si hasta ayer estaban subidos al barco del kirchnerismo? No les creo. Y sigo buscando, me encuentro con la posibilidad de Lavagna. Bien. Tiene un gran punto a favor, que los de Alternativa no pueden mostrar, porque en su momento se hicieron los distraídos: siendo ministro, en el gobierno de Néstor, denunció que la obra pública estaba cartelizada. Hoy, eso es público y notorio y hay presos. Fue impactante en su momento, porque era parte del gobierno. Y tuvo que alejarse. Entonces lo miro con detenimiento. Puede ser. Debo estar atento a quienes se le acercan, porque hay nombres que contaminan. ¿Será capaz de separar la paja del trigo? Este fin de semana lo tuvimos en San Juan y ya empezó a preocuparme. Primero dice que no hay que dejar nadie afuera. Hummm. Debe saber que entre los varios que quiere abrigar, hay muchos con prontuario. Entre ellos, varios de los que miraron para otro lado cuando se la jugó con aquella denuncia. Me parece que no está separando la paja del trigo, y puede terminar, según Discepolo, "en el mismo lodo, todos manoseao”, o en un revuelto Gramajo, como dice Lavagna. Pero vamos a sus propuestas. Las que extraigo del reportaje en radio Sarmiento que reprodujo DIARIO DE CUYO el domingo pasado. "Basta de ajustes”, dijo. ¡Qué lindo suena! A aflojar los cinturones entonces. Otro que en lugar de sangre, sudor y lágrimas, ofrece medialunas. No hacen falta los ajustes, dijo, como si ajustar fuera una mala palabra. Como si bajar el déficit (una propuesta válida de Macri) no fuese necesario. Ajustar, según yo entiendo, es gastar menos, para no irse más allá de los ingresos. Porque, obvio, si gasto de más ¿financio con emisión, FMI, o más impuestos? Alguien paga los excesos. Parece ser que apostará a mayor producción. Bien. Pero si no baja el gasto, ni se endeuda, ni emite, tendrá que mantener alto el nivel de impuestos. Con lo cual ¿quién va a invertir con esa abrumadora presión? Porque de bajar el gasto no habló, si de terminar con el ajuste. De subsidios, nada. De la Justicia, nada. Entonces, pienso que puede ser falta de precisiones, además de ser demasiado pronto y habrá que esperar hasta que lleguen las definiciones programáticas, para ver si será otro como es el actual de Macri, que prometió y no cumplió, en varios aspectos, aunque no quiera reconocerlo. El día que José Luis Espert dijo que Macri hacía "kirchnerismo de buenos modales”, me pareció un exceso. Y hoy veo que tenía razón. Así que estamos en un lío. Falta muy poco y nadie, pero nadie, viene con un diagnóstico y un tratamiento que aunque doloroso, sea efectivo, para sacar este enfermo, que está grave, pero grave en serio, en terapia intensiva. Y los doctores que ahora lo quieren agarrar, le prometen que le van dar el alta, que podrá seguir comiendo, bebiendo, que deje los remedios, que lo están intoxicando y salga a trabajar, así como está. Que produzca más. Que está condenado al éxito (Duhalde). "Usted está bien hombre…basta de dieta. Le doy el alta y no olvide de echarme el voto en octubre”. 

 

Por Orlando Navarro   Periodista