Las creencias, y la fe son de alguna manera acciones necesarias en la vida de las personas. Cuando las respuestas no pueden ser proporcionadas por la ciencia o nuestra propia lógica es que acudimos a aquellas otras "cosas” que tal vez calmen nuestra angustia.

Cuando hablamos de devociones hacemos referencia a la entrega de nuestra fe a aquello que es místico, eso que para nosotros sobre pasa nuestra naturaleza humana, y que de alguna manera hemos creado y aumentado con el paso de los tiempos. La mayoría de las devociones o creencias por lo general poseen una aceptación institucional, algunas son de gran alcance y magnitud y parecieran estar de moda otras y con el tiempo parecieran desaparecer.

Los argentinos somos fieles seguidores de distintas devociones y rituales que muchas veces superan las reglas de la religión, somos santificadores y muchas veces logramos poner en ranking algunos de estos. La popularidad de los santos está entendida en cuantos "milagros” hacen nuestros "santitos”, y así por ejemplo en momentos de crisis se hacen presentes; San Cayetano nos da trabajo, cuando algo es urgente San Expedito el de los imposibles nos da su ayuda, si el amor no llega se debe pedir un novio a San Antonio, si algún "mal” nos acecha San Benito es nuestro protector y así encontramos en las manos y en los cuellos su sello, algunos jóvenes estudiantes de vez en cuando piden a San Cupertino o a San Ceferino.

También existen otras devociones y creencias que no están aceptadas por las religiones y que muchas veces son desprestigiadas y llamadas paganas. Estas creencias han sido llevadas a la santidad por el pueblo por lo tanto son devociones populares, y es la gente quien ha logrado exportarlas por todo el mundo así no podemos dejar de hablar de La Difunta Correa, El gauchito Gil o la Telesita.

Pero dentro de las devociones populares existe una de ellas que a veces es negada o no aceptada, ya que su imagen deja aterrados a muchos, pero sin embargo posee gran cantidad de fieles. En los últimos 30 años San la Muerte ha ido aumentando su devoción de esta forma pareciera convertirse en un sincretismo religioso-popular, esto se debe a que su imagen se puede asociar a la venganza, mientras que otros la asocian a la buena fortuna pero no existe con claridad una explicación directa sobre este fenómeno popular, tampoco existe un día al cual se asocie su veneración muchos la asocian a días relacionados con la religiosidad cristiana, como lo son el Viernes Santo, o el Día de los Santos difuntos. Son pocos los santuarios que esta devoción popular posee en forma pública, sin embargo las noticias nos han mostrado que hay muchos que son santuarios privados. La asociación a San la Muerte con actos de magia negra o ritos satánicos es muy común sin embargo algunos de sus seguidores desmienten todo esto ya que la muerte no es símbolo de estas prácticas humanas, otros por ejemplos dicen que su figura es parte de venganza contra enemigos. Muchos de los que se encuentran encarcelados son fieles seguidores de esta devoción, así es común encontrar tatuajes con su imagen.

En la ciudad de México por ejemplo, la devoción es casi masiva. Su ritual se desarrolla para el día de los muertos, allí canciones y mesas de tributo con alimentos son parte de una fiesta "la muerte es la que acompaña las almas a la otra vida y por eso es digna de ser festejada” este es en el pensamiento mexicano. Mucho es lo que se escribe y tal vez muy poco lo que podemos observar en nuestra cotidianidad sobre este tema. Seguramente la muerte como la vida en un complemento justo es parte de aquellos misterios que el hombre aún no ha podido internalizar, así a veces aceptarnos humanos es tal vez aceptar las dos cara de la moneda, ya que no hay vida sin la muerte.

(*) Cátedra Antropología-Dpto. Historia-FFHA.