El impacto mundial de la elección del Papa Francisco ha repercutido en diferentes comunidades religiosas que mantenían un diálogo positivo con el Vaticano en tiempos de Juan Pablo II, impulsor de estos encuentros para terminar con divisiones y rivalidades. La presencia en la ceremonia de asunción de representantes de las iglesias y comunidades eclesiales cristianas y de otras religiones, expresan la grata acogida.
El Papa argentino se comprometió ayer ante las otras iglesias a proseguir con el diálogo en aras de la unidad, y ante los delegados judíos a potenciar el encuentro iniciado con el Concilio Vaticano II, que avanzó de manera significativa, incluso en San Juan donde los encuentros interreligiosos son frecuentes. Francisco recibió en audiencia especial, en la sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano a los representantes de otras religiones, que asistieron a la solemne misa con la que se abrió el nuevo pontificado. Bergoglio aseguró su firme voluntad de proseguir con el diálogo ecuménico e insistió en la urgencia de que todos los cristianos "seamos una sola cosa”, para testimoniar de manera "libre, alegre y valiente” el Evangelio, como el mejor servicio que se puede brindar en un mundo de divisiones y rivalidades. Su exhortación tuvo amplia acogida y en nombre de los asistentes habló el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, que dijo que la primera preocupación de los cristianos tiene que ser la unidad, para poder dar un testimonio creíble. Es un gesto trascendente, porque desde que en 1054 la iglesia Ortodoxa rompió con la Santa Sede, por primera vez un representante de este culto asiste en Roma a una ceremonia de entronización papal.
