Las declaraciones del presidente de Uruguay, José Mujica, en relación a que "’los argentinos son capaces de evadir a cualquier gobierno” y hasta "’al Papa y a las Naciones Unidas” para conseguir dólares, pese al cepo cambiario impuesto por la Casa Rosada, ha desatado una gran polémica y vuelve a colocar al mandatario uruguayo en el papel de agudo observador de lo que habitualmente ocurre en nuestro país, en materia de política socioeconómica.

Es conocido lo frontal que es Mujica para referirse a la Argentina, a sus funcionarios, dirigentes y a la población en general, en ocasiones saliéndose de lo protocolar, con algunos excesos, humor, o ajustándose a una estricta realidad, producto de una personalidad acostumbrada a expresarse de manera coloquial, lo que para algunos roza lo chabacano.

Ni siquiera la más alta autoridad del Gobierno nacional de nuestro país, la presidente Cristina Fernández de Kirchner, pudo escapar a los dichos de su par, cuando éste tuvo un exabrupto referido a su comportamiento comparado con el de su marido fallecido, el expresidente Néstor Kírchner.

En relación a la capacidad de los argentinos para evadir los mecanismos que los gobiernos implementan para que no se les vayan los dólares, dijo que "’son unos cracks” y que son capaces de cualquier cosa para alcanzar ese fin, por lo que admira esa habilidad.

Lo dicho por Mujica no debe ponernos ni orgullosos, ni tampoco ofendernos, ya que en lo más profundo de esas aseveraciones hechas por una persona que nos ve a la distancia, más allá de la proximidad entre Uruguay y Argentina, puede que esté dada la realidad de lo que somos.