El 11 de septiembre de 2019 a través de un twit el Presidente de EEUU le pidió con su estilo siempre directo y perentorio a la Reserva Federal en la persona de G. Powel, que se decida por una tasa cero o tasa negativa a fin de que el Gobierno Federal pueda refinanciar su deuda en el tiempo a un bajo costo. Varias líneas de análisis surgen a partir de esta realidad. Una de ellas es la dependencia fundamental del presupuesto público de la deuda que contrae el Gobierno con la Reserva Federal. Esto significa que para el funcionamiento de la administración oficial hay un mecanismo de libramiento de bonos del Tesoro que es menester tenerlo activado para poder emitir deuda en punto a lograr los ingresos fiscales necesarios para cerrar el ciclo presupuestario. Es decir no se puede privar de una herramienta que aunque altamente apalancada es imprescindible hoy por hoy. Por esta razón la administración -Trump exige una reducción de la tasa de referencia de la reserva federal, pues, esa tasa es la que incide en la toma de deuda que genera el Tesoro.

Este pedido de reducción de tasa de referencia tiene cierta urgencia no sólo por la dependencia del endeudamiento sino porque la política de reducción de impuestos que introdujo el gobierno actual, llevó a que se reduzca el volumen de ingresos. Esa reducción de fines del 2017 fue importante para las empresas que lo llevó de 35% a algo más del 20%. El otro factor que está sosteniendo y justificando esa reducción del costo del endeudamiento es el déficit de la balanza comercial, algo que se volvió muy pronunciado sobre todo con China, por eso la actual administración encaró la guerra arancelaria con el gigante asiático. Sin embargo esta última política tiene efectos colaterales graves en lo interno porque reduce mercado a varios sectores que producen para la exportación.

"La teoría de las tasas de interés como política pública, prevé que a fases de expansión de la economía hay que aumentar la tasa para que no se recaliente la economía y caiga en pulsión inflacionaria…”

Se estima que la deuda es de 22 billones de dólares y al final del mandato de Trump rondará los 4 billones de dólares. De cualquier manera la deuda creció mucho desde antes durante Obama porque la salida de la crisis del 2008 se logró en gran medida debido al endeudamiento en que se vio envuelto el Gobierno para salvar el mercado bancario y empresario tanto público como privado que había protagonizado dicha crisis. Por eso a pesar de que es baja la tasa se pide que sea cero o negativa en tanto ello se explica por la magnitud acumulada y exorbitante pesadez de la deuda.

Se aprecia que tiene lógica que el gobierno pida reducción de tasas pues ello lo beneficiará en forma directa en relación al nivel de deuda que necesita tomar para los fines presupuestarios que correspondan. Pero si vemos con detenimiento este punto, se observa que en Argentina donde hay un problema de deuda enorme, el gobierno en vez de promover y pedir para sí mismo y para todo la economía una reducción de tasa, lo que ha hecho es aumentar a niveles estrafalarios la tasa. Si comparamos el 80% de tasa de interés de pico que se registró en Argentina con el 3 % de tasa de pico que alcanzó hace tres o cuatro años EEUU, queda demostrado que en Argentina la toma de deuda en vez de ser para sostener la economía con indicadores positivos sólo sirve para aplanar la economía.

En el caso argentino se observa una variación típica fundamental claramente contradictoria y negativa por la razón de que se hizo convivir absurdamente con la crisis y la recesión un ciclo del costo del dinero caro como si se tratara de una economía en fase en expansión.

 

Por el Dr. Mario Luna y el Prof. Fabián Nuñez
Profesionales de Jáchal.