Las presunciones y versiones acerca del establecimiento de organizaciones de narcotraficantes en el país, establecidas para atender la fabricación y distribución de la creciente demanda interna, han sido confirmadas por una investigación realizada en plena Ciudad de Buenos Aires por la Fundación La Alameda, cuyo presidente mantiene estrechos contactos con el papa Francisco y por ello la información que tanto inquieta al Santo Padre.

La semana pasada el legislador porteño Gustavo Vera, candidato a jefe de Gobierno por el partido Bien Común y presidente de la ONG que presentó un informe en la Legislatura sobre el movimiento narco en la villa conocida como 1-11-14 donde se ha establecido un territorio liberado debido a la existencia de uno de los sectores más vulnerables de la sociedad. Precisa las relaciones entre el grupo narco y las fuerzas policiales, señalando que el vínculo incluye a jueces y fiscales, quienes no actúan por complicidad o por miedo.

Se trata de una denuncia muy grave, que está judicializada desde agosto de 2013 y, ante la inoperancia del juez que debería actuar en la causa, el tema llegó a la Corte Suprema de acuerdo a lo expuesto por Vera. En la villa estarían activos una decena de laboratorios para la fabricación de cocaína, con una producción diaria de 10 kilos y la posibilidad de desarmarlos en media hora si se recibe una advertencia de probable allanamiento. Se suma una red de contactos para distribuirla por todo el país, todo esto merced a un dominio territorial basado en el doble poder, económico y de fuego que posee la banda.

El grupo criminal mantendría un brazo armado de unos 300 hombres con fusiles automáticos FAL y AK-47 y respondería a Marcos Antonio Estrada González, presunto líder narco peruano que estuvo un tiempo en prisión y que actualmente sigue encausado en diversas investigaciones judiciales, aunque en libertad. Según las precisiones, se trataría de una "fuerza militar" integrada por exsoldados peruanos que habrían llegado para reforzar a la célula primaria, conformada por hombres del grupo terrorista Sendero Luminoso.

Este trabajo ha sustentado el comentario del papa Francisco sobre la afirmación de que la droga avanza en la Argentina, que según dijo hace 25 años era un lugar de tránsito y hoy un país de consumo que fabrica.