El experto en educación, Guillermo Jaim Etcheverry, vaticinó hace algunos años que de no lograrse que una mayor cantidad de gente alcance una mejor educación, dentro de unas décadas no se podrá vivir más en este país. Sostuvo que la seguridad se verá muy amenazada y no bastará el número de policías existente, porque las personas no compartirán códigos establecidos para la convivencia.
Hay que tratar de comprender en toda su magnitud este problema que se avecina, para intentar contrarrestarlo. En la opinión de la mayoría de los expertos en temas sociales, la única forma de hacer frente a esta situación es promoviendo una educación de calidad, que de solución al gran desinterés que lleva a los adolescentes y jóvenes a no querer estudiar o prepararse convenientemente. En este marco hay que analizar el "papel” que cumplen los padres y docentes, en la tarea de impartir normas de conducta y valores fundamentales que contribuyan a una mejor convivencia.
Jaim Etcheverry hizo su predicción en el 2005, durante unas jornadas sobre educación, y si bien los plazos todavía no se cumplen, a diario vemos como la sociedad se hace cada vez más conflictiva respecto a la seguridad y comportamiento de sus integrantes.
La importancia que se le asigna a la educación, en el proceso de recuperación de los valores sociales, hace que sea urgente que la institución escolar recupere su prestigio y protagonismo. El principio de autoridad que también deben recuperar la escuela, los docentes y los padres en particular es la única garantía de alcanzar los objetivos de una educación sólida, recuperadora del tejido social, con la que se pueda hacer frente a este proceso de deterioro que estamos padeciendo.
