La falta de una educación de calidad, tiene relación en parte con la desigualdad y exclusión social. Por lo cual, en países como el nuestro, se considera que una educación de calidad generará sociedades más inclusivas y justas, y, por ende, la exclusión educativa es un flagelo más por el que hay que luchar sistemáticamente.
La búsqueda de soluciones a la exclusión educativa, es porque ésta podría generar en la persona, situaciones en la subjetivación de la misma, en su biografía, su desarrollo académico, relaciones sociales y logro de competencias laborales, que podrían hacerla vulnerable para su desenvolvimiento como ciudadano activo en la sociedad plural en que nos encontramos (Jiménez, M., Luengo, J. y Taberner, J., 2009).
La educación integradora, consiste en generar políticas para atender necesidades de formación, enfocándose en los más vulnerables, excluidos y marginados.
Teniendo en cuenta que la Argentina cuenta con 43,13 millones de habitantes, y un total de 11,28 millones de estudiantes en todos sus niveles, es importante tener en cuenta los siguientes datos. El porcentaje de niños de tres o más años que asiste a una escuela es del 32% (13,80 millones); los que asistieron, es del 65% (28,03 millones) y los que nunca asistieron del 3% (1,30 millones). Por otro lado, la tasa de repitencia en la primaria es del 4.7% (2 millones) y en la secundaria del 10.5% (4,5 millones); la tasa de sobre edad (porcentaje de alumnos cuya edad sobrepasa la edad teórica correspondiente al nivel que están cursando) es en la primaria de 17.7% (7,6 millones) y en la secundaria del 38.3% (16,5 millones). Y siguiendo, el nivel de abandono interanual (porcentaje de alumnos matriculados en un grado /año de estudio de un nivel de enseñanza que no se vuelve a matricular el año lectivo siguiente como alumno nuevo, repitente o reinscrito) es del 1.4% (0.6 millones) para la primaria y del 10.6% (4,6 millones) para la secundaria (Indec, 2018).
Datos que demuestran que, algunas estrategias nacionales en educación no son suficientes para una educación para todos o lo que se denomina desde hace ya un tiempo"educación integradora" (Mellado et al, 2017).
Salvia et al (2008), incorpora a la problemática que el nivel socioeconómico de la persona tiene un peso muy alto en estas relaciones. Así es como, se evidencia, por ejemplo, que jóvenes de entre 15 a 29 años, son más proclives a abandonar sus estudios en el grupo de los que tienen necesidades básicas insatisfechas (NBI), que los que no la tienen, por la premura de incorporarse al mercado laboral para aportar ingresos a sus familias. A su vez, a medida que la edad aumenta, los jóvenes sin NBI, tienen mayor capacidad de terminar sus estudios e ingresar en el mercado laboral, en relación con los jóvenes con NBI, que no concluyen sus estudios o lo hacen con sobre edad, y luego les es mucho más difícil encontrar empleo.
La educación integradora, consiste en generar políticas para atender necesidades de formación de niños, jóvenes y adultos, enfocándose en los más vulnerables, excluidos y marginados socialmente. Esta educación es un derecho para las personas y se considera el medio más eficaz para combatir la discriminación, construir verdaderas sociedades inclusivas en todos sus aspectos. Este tipo de educación supone entre otras, a tener en cuenta los antecedentes culturales de cada individuo, sus aspectos sociohistóricos, socioeconómicos, el pluralismo, el lugar que cada persona pueda encontraren la comunidad y la disposición de los medios necesarios para su formación y desarrollo integral. La educación integradora se considera un método por el cual los sistemas educativos responden a la diversidad de necesidades de formación de toda una población (Booth, 2003).
Por el Dr. Claudio Larrea – Rector de la Universidad Católica de Cuyo.
