Acabamos de celebrar un acontecimiento religioso, como es la Semana Santa, en la que todos hemos reflexionado sobre la necesidad de convivir en tolerancia y armonía. Es que en la actualidad no podemos dejar de reconocer la violencia en todos los ámbitos y sabemos que es necesaria la paz interna, la armonía, el equilibrio en nuestros actos, actitudes, y comunicación.

Hoy vemos cómo las redes sociales y en especial Whatsapp, sirven para agredir, no para transmitir la palabra amorosa, optimista, serena y cariñosa. Aún en medios como la televisión, que deberían ser fuentes de información y cultura, sus panelistas se agreden permanentemente. Ni siquiera hay espacios para reflexionar y extraer conclusiones. Así también los personajes de la política, quienes nos representan. No podemos dejar de citar como ejemplo la "represalia a los docentes en Buenos Aires''. Un hecho que al simple observador le parecería imposible tanta violencia.

Creo que toda la sociedad, no sólo los docentes, tienen que reclamar una educación de calidad para sus hijos, nietos y generaciones que aún no nacen, pero por los canales pacíficos y positivos. Hoy todos parecemos embuidos en esta violencia. La comunicación es un acto de amor. Los argentinos nos debemos un dialogo, un reencuentro. Es prioritario seducirnos, es decir, tender un puente para que el otro pase y nos encontremos en la misma frecuencia y sintonía. Estos son los valores que necesitamos, es la paz.

La noción de educación para la paz fue impulsada por la Organización de las Naciones Unidas en 1970, con el propósito de formar a las nuevas generaciones en una "cultura de la paz'' Ello significa, promover el aprendizaje de actitudes de respeto hacia los demás, de compromiso con los semejantes y responsabilidad por la resolución constructiva de los conflictos. 

La escuela tiene un gran desafío, construir hábitos para la vida en común como la tolerancia y el respeto. Es necesario, promover en los alumnos actitudes críticas frente a hechos de agresión verbal, sicológico o físico como algo natural que pone en peligro la posibilidad de pensarlos con objetividad, y así revertirlos para construir un mundo para todos.

Sabemos que para ser ciudadano es necesario respetar las leyes. Ahora no se está respetando la "Ley de Financiamiento Educativo''. Por ello, el no cumplimiento, genera acciones violentas. La cultura de la paz no consiste en ausencia de conflictos, es una construcción colectiva, que sólo requiere del dialogo.

Las relaciones humanas son complejas y la superación pacífica y positiva de estas situaciones es precisamente la forma de convivir, de las distintas culturas. Es ver el conflicto como una forma de transformar la sociedad y las relaciones humanas. 

Las comunidades educativas como mediadoras de valores sociales, los políticos, gremios deben comprometerse en actuaciones que refuercen la propia autoestima. De manera que todos sean conscientes de sus limitaciones, tomen decisiones acertadas, y como consecuencia deseen superar con optimismo sus posibles dificultades.

Tolerancia y convivencia son los pilares fundamentales para encarar un proyecto institucional, La escuela es un espacio privilegiado para la construcción de la resiliencia (capacidad que tiene una persona o grupo de recuperarse frente a la adversidad) contribuyendo así, al desarrollo integral del alumno para su incorporación a la sociedad.