El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundió el miércoles último las cifras de la inflación correspondientes a diciembre y de todo el año pasado, con la metodología que impuso el polémico exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, desde que asumió la intervención del citado organismo en enero de 2006.

Se cierra una etapa de siete años de manipulación de cifras en el sistema de medición, que además de ser cuestionado por las consultoras privadas y la opinión pública, recibió una "’declaración de censura” por parte de las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) ante las estadísticas poco confiables publicadas por la Argentina. El ciclo que terminó en el INDEC abre las esperanzas de reencauzar los informes oficiales sobre la marcha real de la economía, de manera que las cifras respondan a la certidumbre del crecimiento y la confiabilidad sirva de base a políticas inherentes al desarrollo del país y promueva la inversión privada gracias a la confiabilidad de los informes.

Alejado el cuestionado funcionario de la intervención del INDEC, el Gobierno nacional presentó a fines del año pasado una nueva metodología de medición de alcance nacional, es decir en reemplazo del Índice de Precios del Consumidor (IPC) de monitoreo en el conurbano bonaerense que manejó caprichosamente el equipo de Moreno, contrarrestado por el llamado índice Congreso, reportado al Parlamento por las consultoras privadas, tras la prohibición del exsecretario de difundir sus relevamientos.

El nuevo IPC de alcance nacional, con intervención de las universidades nacionales y de las dependencias estadísticas provinciales, hará su debut en febrero próximo y el respaldo que obtenga del FMI estará condicionado a los resultados que exhiban las estadísticas sobre la evolución real de los precios y otros rubros actualizados de la actividad socieconómica.

Este golpe de timón, para dar un giro de 180 grados en los informes que respaldan la credibilidad de la marcha del país, deja atrás siete años de retroceso en la imagen de la Argentina ante el mundo, por haberse desprestigiado nada menos que los informes puntuales de las estadísticas oficiales. Y para el ciudadano común volverá la confianza de saber a que atenerse en medio de una economía turbulenta.