El anuncio del presidente Barack Obama de que visitará Brasil, Chile y El Salvador en marzo próximo -en lo que será su primer viaje a Sudamérica- podría resultar una importante mejoría de las relaciones entre Brasil y Estados Unidos después de un significativo deterioro en los dos últimos años.

En un discurso dirigido al Congreso, Obama anunció que visitará esos países para fortalecer los lazos con Latinoamérica. No hay dudas de que Brasil, la octava economía del mundo y una potencia emergente, será la escala más importante del viaje. Las tensiones entre Brasilia y Washington aumentaron durante los últimos dos años del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, entre otras cosas debido al apoyo diplomático de Brasil a Irán a pesar de las sanciones internacionales contra el régimen iraní. Pero después de la asunción, el 1 de enero, de Dilma Rousseff -ex guerrillera que fue jefa de gabinete de Lula-, se espera reconstruir los lazos bilaterales.

El jefe de asesores de la Casa Blanca para asuntos hemisféricos, Dan Restrepo, me dijo que Rousseff "ha expresado públicamente que quiere continuar y fortalecer nuestras relaciones. Uno de los motivos por los que vamos a Brasil apenas iniciada su presidencia es que vemos una oportunidad para continuar y profundizar la relación al más alto nivel".

Otros observadores ven varias señales de que la política exterior de Rousseff será menos hostil hacia Washington que la de Lula. Es que Rousseff ha tomado distancia de las estrechas relaciones de Lula con el régimen de Irán. Tampoco Rousseff apoyó la postura de Lula durante su fracasada mediación en torno al programa nuclear iraní y, además, también sugirió que no concuerda con la decisión de su predecesor de no condenar los abusos a los derechos humanos de Irán. Y en las últimas semanas, funcionarios brasileños y estadounidenses han cooperado para tratar de resolver la crisis política de Haití tras los polémicos resultados de las elecciones de noviembre.

El nuevo canciller a Antonio Patriota, un respetado ex embajador en Washington, ha señalado que Brasil seguirá estrechando lazos con otros países en desarrollo, pero "no en detrimento" de sus relaciones con EEUU y Europa. Rousseff habría valorado sobremanera la decisión de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, de asistir a su ceremonia de asunción el 1 de enero, viajando a la madrugada, poco después de las celebraciones de fin de año.

Trascendió que Obama tratará en Brasil la cooperación en energías renovables, la ayuda para la reconstrucción de Haití y asuntos de seguridad, incluyendo ofertas de ayuda de EEUU para mejorar la seguridad durante la Copa Mundial de Fútbol de 2014 y las Olimpíadas de Verano de 2016 que se realizarán en Brasil.

Mi opinión: Me sorprendió que Obama no haga escala en Colombia, el más estrecho aliado en la región en los últimos años. En Washington me dicen que se debe a que Obama irá a la Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, en abril de 2012, y es muy probable que haga una visita oficial a ese país. Por ahora, todos los ojos de la comunidad diplomática de la región están clavados en la visita a Brasil.

Probablemente no veremos ningún anuncio espectacular: Brasil seguirá con su política de estrechar lazos con el Tercer Mundo, como parte de su plan de convertirse en una potencia global. Sin embargo, por el peso económico y diplomático de Brasil en la región, incluso un mínimo acercamiento con Washington tendría un impacto significativo en las relaciones de EEUU con toda América Latina.

"HAY UN CAMBIO real en Brasil, un esfuerzo por reconectarse con EEUU, o un nuevo momento en la relación bilateral después de los episodios que la perjudicaron en los dos últimos años".