El fenómeno conocido como "cyberbullying'', que afecta, sobre todo, a adolescentes de entre 12 y 14 años y preocupa en el exterior, ya se instaló en los colegios argentinos. A través de Internet y de las nuevas tecnologías, se trata de una adaptación del "bullying'', el acoso y la agresión entre escolares adolescentes y niños. El prefijo "bull'', en inglés, se relaciona con la acción de torear, matonear de forma constante a otra persona. Fotos trucadas, difusión anónima de rumores, intimidades e insultos, bromas crueles y golpizas filmadas que luego son subidas a la web o mensajes de texto a través de celulares y correos electrónicos intimidatorios, son algunas de las variantes de esa forma de violencia y a veces crueldad cada vez más extendida entre los chicos.

En EEUU, el ciberacoso tomó notoriedad en 2002 con el caso de David Knight, un joven al que le fabricaron una página dedicada a denigrarlo y después Megan Meier, una adolescente de 13 años, se suicidó harta de ser víctima de estos ataques. Entre 150 padres consultados durante el reciente congreso de la Fundación Proyecto Padres, el 80% dijo conocer casos de ciberacoso. El 74% de 910 niños y adolescentes a los que se les preguntó por sus usos y costumbres con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) dijo haber pasado por alguna situación desagradable.

Las familias y la escuela siguen siendo los ámbitos de socialización principales del niño y del adolescente, y tienen que trabajar para detectar este fenómeno, afrontarlo como problema y tratar de erradicarlo. Preservar la verdad, proteger la dignidad humana y promover el respeto mutuo resultan claves en el uso de los nuevos avances tecnológicos.