Puede que el presidente colombiano Juan Manuel Santos haya bromeado cuando dijo recientemente que el presidente venezolano Hugo Chávez es "mi nuevo mejor amigo", pero pocos en Washington festejaron el chiste. En la capital estadounidense -especialmente en el Congreso- existe la preocupación de que Santos se está acercando cada vez más a Venezuela, y alejándose cada vez más de Estados Unidos.

Desde que Santos asumió en agosto, Colombia ha dado varias señales de estar dejando atrás la estrechísima alianza del ex presidente Alvaro Uribe con Estados Unidos. Entre los síntomas de la nueva realidad están el primer viaje oficial de Santos como presidente a Brasil, y no a EEUU y luego a países latinoamericanos, pero todavía no ha pisado Washington.

Santos se ha reunido varias veces con Chávez, y ambos han prometido mejorar rápidamente los vínculos entre Colombia y Venezuela. Las relaciones eran abiertamente hostiles durante la presidencia de Uribe, en parte porque el ex presidente había condenado repetidamente el apoyo clandestino de Venezuela a las FARC. Satisfaciendo los deseos de Chávez, Santos extraditará a Venezuela -y no a EEUU- al capo del narcotráfico venezolano Walid Makled. Tanto Caracas como Washington pidieron la extradición de Makled, quien declaró que altos funcionarios del gobierno venezolano protegían sus operaciones de narcotráfico. Chávez quiere a Makled para mantenerlo callado, o presionarlo para que cambie su testimonio.

Santos no tiene planes inmediatos de someter al Congreso una nueva ley que autorice la presencia de tropas estadounidenses en bases militares colombianas. El acuerdo militar de 2009 que permitía esa presencia fue recientemente invalidado por un tribunal de Colombia.

Ahora Santos busca acuerdos comerciales con Canadá y la Unión Europea. El acuerdo de libre comercio de 2004 entre Colombia y EEUU aún no ha sido ratificado por el Congreso estadounidense. Según Carl Meacham, del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la falta de ratificación "ha llevado a Colombia a buscar otras opciones”.

Entre los numerosos gestos de buena voluntad, Colombia, aceptó la presencia de tropas estadounidenses en sus bases militares, ha enviado agentes policiales y funcionarios antidroga a Afganistán para prestar apoyo a las tropas estadounidenses, y ha votado junto con EEUU en casi todos los temas en las Naciones Unidas. Sin embargo, no hay respuesta positiva de Washington sobre el acuerdo de libre comercio. Los estrechos vínculos de Barack Obama con los sindicatos que se oponen al libre comercio le impiden a la Casa Blanca lograr la ratificación del tratado en el Congreso.

Mi opinión: Santos se está acercando a Chávez más por motivos económicos. Venezuela es uno de los mayores mercados para las exportaciones colombianas, y las tensiones entre los dos países en los últimos años perjudicaron seriamente a los exportadores. Además, Santos usa su luna de miel con Chávez como estrategia de negociación para lograr que Washington ratifique el acuerdo de libre comercio. Como la política de Uribe no logró resultados, Santos prueba otra.

Nunca me olvido de que uno de sus hobbies favoritos es el póker y como buen jugador mantiene la incertidumbre ante la inacción de Washington.

"LOS COLOMBIANOS están un poco decepcionados con EEUU. Existe la sensación de que deben poner un poco más de distancia y no hacer favores unilaterales que no tienen reciprocidad”.