Si se asume que el ambiente natural, representa el conjunto de áreas naturales y sus elementos constitutivos, entre ellos, los que incluyen como rasgo fisonómico dominante la presencia de bosques, estepas, vegas, lagos, lagunas, ríos, arroyos, litorales, masas de agua y cualquier otro tipo de formación ecológica inexplotada o escasamente explotada, lo real y objetivo, es que lo único que puede alterar esta condición natural es el modo y la forma en que este ambiente puede ser intervenido o explotado, cualquiera sea la necesidad o razón invocada.

Si se considera por otra parte, que la Revolución Industrial ha sido el presagio de todo cuanto habría de suceder más adelante, lo real y objetivo es también, que desde los comienzos del Siglo XX se fue gestando una concepción consumista y materialista que gradualmente fue cristalizando, la visión económica con la que hoy como humanidad, a nuestro mundo actual.

Este mundo actual, globalizado y caracterizado por la economía y el comercio mundial; signado por el enorme avance militar, científico, tecnológico e industrial alcanzado; abrumado por la necesidad de producir todo aquello que alienta a conseguir mejores niveles de vida; que consolida poderes económicos y hegemónicos, y que influye política y económicamente sobre cada uno de los países del mundo, ha venido conformando una realidad que se materializa en más pobreza y marginación, en la existencia de espacios cada vez más inhóspitos y en la irreflexiva y cada día mas preocupante, degradación de nuestro entorno y de nuestro medio ambiente. Cabe recordar, que solo los bienes producidos por la humanidad se multiplicaron en más de 30 veces, en el siglo recién pasado.

Se estima que esta azarosa realidad, es la que ha empujado al ser humano a realizar una inadecuada utilización de su territorio, su ambiente y sus recursos naturales y se sostiene además, que esta situación que lo ha afectado desde un punto de vista social, cultural y ambiental lo ha arrastrado a una crisis que a los efectos de garantizar su vida junto al planeta y la de su propia supervivencia, lo ha obligado a replantear el sentido de la interacción "hombre - naturaleza''.

Por esta razón todos los esfuerzos que hoy se despliegan, se orientan a analizar desde una perspectiva global los múltiples factores que interactúan como catalizadores del problemática ambiental y aunque cuesta admitirlo, la verdad es que nuestro modelo de vida y nuestra forma de vivir, es quien muestra con mucha preocupación que el consumo de recursos naturales, energéticos, industriales, forestales etc., cada vez será más creciente, más diverso y más demandante.

Los problemas ambientales que obedecen a múltiples causas, se los puede agrupar de distintas formas: los problemas relacionados con el deterioro de los recursos naturales como el aire, agua, suelo, flora, fauna, etc.; los problemas relacionados con el deterioro del medio ambiente construido como son las obras de infraestructura, servicios públicos, vivienda, edificación, etc. y los problemas relacionados con los fenómenos de contaminación, que son causados por una serie de actividades extractivas, productivas, químicas, industriales etc. entre las que se encuentran los sectores de la industria, agricultura, ganadería, petróleo, minería, pesca, turismo, transporte, servicios, etc.

Toda esta preocupación que ha alcanzado hoy una clara dimensión mundial, ha logrado plasmarse en varias iniciativas como las conferencias de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo conocidas como las Cumbres de la Tierra, realizadas en el año 1972 en Estocolmo, Suecia, en el año 1992 en Río de Janeiro, Brasil y en el año 2002 en Johannesburgo, África.

En la primera Cumbre, se elaboró la declaración de principios que estableció las directrices a seguir por los países signatarios. En la segunda, se logro el acuerdo sobre la Convención Marco de las Naciones Unidas respecto al cambio climático, que condujo al "Protocolo de Kioto sobre el Cambio Climático''. En la tercera Cumbre, se estableció con meridiana claridad, que el único camino que contribuiría a mejorar las vidas de las personas que viven en pobreza y a revertir la continua degradación del medioambiente, era el que conducía al concepto de "Desarrollo Sostenible''.

En este último concepto se sustenta la fuerte convicción, de que cualquier emprendimiento productivo debe concebirse como "un desarrollo pensado en términos cualitativos, donde puedan establecerse estrechas vinculaciones entre los aspectos económicos, sociales y ambientales, en un marco institucional democrático y participativo que sea capaz de avanzar simultáneamente en estos tres ámbitos, sin que el avance de uno, signifique ir en desmedro del otro''.