El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), reunido el Washington el martes último, aprobó por consenso una resolución que condenó los hechos que afectaron la semana pasada al avión presidencial de Bolivia, en momentos de sobrevolar Europa, en viaje de Moscú a La Paz. El organismo continental hizo un llamado a las naciones involucradas en el incidente para que brinden las explicaciones necesarias sobre lo acontecido y pidan las disculpas correspondientes al presidente Evo Morales.

Los países miembros de la OEA deliberaron con la presencia de los representantes observadores de España, Francia, Portugal e Italia, los cuatro países involucrados, en lo que se calificó como un atropello al país sudamericano y particularmente al presidente Evo Morales, que estuvo varado por más de 13 horas en el aeropuerto de Viena, mientras se inspeccionaba la aeronave en busca de la supuesta presencia del exagente de inteligencia estadounidense Edward Snowden. Como bien ha señalado el secretario general de la organización hemisférica, José Miguel Insulza, en declaraciones previas a la reunión de emergencia, se trata de un hecho que ha provocado una gran indignación y solidaridad internacional luego que tomara estado público que un gobernante de América latina y el Caribe fue víctima de una agresión que viola todos los tratados internacionales y un atropello a la soberanía de una nación.

Lo grave de este episodio, es que nada parece casual, aunque los cuatro países transgresores intenten disculpas tardías con argumentos incongruentes y, además, que el incidente haya sido promovido por otra nación a fin de resolver un problema interno.