América es un continente de gente joven, en el que 235 millones de personas tienen entre 10 y 24 años de edad, y aunque este no es precisamente el grupo más golpeado por la pandemia sí lo es en términos de salud mental y de oportunidades. Estar solo, no tener motivación para hacer ejercicio, no poder salir a la calle, genera un choque psicológico bastante fuerte.
En marzo, cuando la Covid-19 se regó por América latina, los países declararon cuarentenas e incluso toques de queda para mitigar la rápida propagación del coronavirus, medida que obligó a los jóvenes a adaptarse a un nuevo estilo de vida sin contacto social. Eso supuso el adiós temporal a las reuniones de amigos en bares y discotecas, a las fiestas, al cine, los conciertos o las actividades físicas al aire libre, y por otro lado, los empujó a la educación virtual.
Para el psicólogo Pablo Monsalve, profesor de la Fundación Universitaria del Areandina y asesor de la ONU en Colombia, una de las cosas más difíciles para los jóvenes durante la pandemia "es la adaptación, especialmente cuando uno lleva rutinas específicas: el estar casi todo el día en la calle trabajando, estudiando o haciendo varias actividades".
La pandemia puede llevar a episodios depresivos o una modificación del ciclo sueño-vigilia que hace que los individuos "se vuelvan animales nocturnos".
"El hecho de cambiar la rutina implica varias cosas: por un lado, puede existir un fenómeno que le llamamos la negación. Al principio, muchos de nuestros jóvenes tuvieron esa sensación de impotencia, de (pensar) esto no puede ser, esto no puede estar pasando", dice Monsalve, especializado en trastornos afectivos y emocionales.
El estudio y el trabajo son otros campos en los que los jóvenes sienten los efectos de la crisis que se propaga por el mundo ya que la pandemia no sólo golpea la salud sino los bolsillos y las expectativas de la gente.
Para medir el impacto de la pandemia, la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal) hizo la "Encuesta de Naciones Unidas sobre juventudes de América latina y el Caribe dentro del contexto de la pandemia de Covid-19", cuyos resultados serán presentados en algunas semanas por ese organismo que calcula en 160 millones de personas la población joven en la región.
El psicólogo Monsalve asegura que en la cuarentena los jóvenes pueden pasar por una fase en la que se llenan de "ira y enojo, no solamente hacia las circunstancias que están viviendo, sino que incluso pueden llegar a enfocar esa ira hacia sí mismos o hacia sus familias".
Brasil es el segundo país más azotado por el coronavirus en el mundo y la proporción de jóvenes muertos por el patógeno es superior a la de otros, sobre todo entre los pobres, que enfrentan obstáculos para cumplir las medidas de distanciamiento social. Las cifras oficiales muestran que alrededor del 70% de los fallecidos por Covid-19 en el país tienen más de 60 años, un porcentaje que alcanzó el 95% de fallecimientos en países como España e Italia.
Una de las razones que explican este factor es que, con sus más de 210 millones de habitantes, el gigante suramericano cuenta con una pirámide poblacional menos envejecida que la europea y sólo el 13,6 % de los ciudadanos tienen más de 60 años, mientras que en España representan el 25 por ciento.
En Colombia, quinto país latinoamericano en contagios, la población entre 20 y 29 años, es la segunda en casos positivos, con el 22 % del total, pero la octava en muertes, con el 1,32 % de las defunciones.
Por Jorge Gil y Carla Samón
Periodistas de la agencia EFE.
