A pesar de los embates a los que se lo ha sometido, el movimiento del campo repercute en el resto de la economía. Se calcula que con una cosecha de soja de 52 millones de toneladas habrá cerca de 4 millones de fletes de camión hacia los puertos del complejo oleaginoso del río Paraná.

En términos de recaudación fiscal, el Estado se quedaría con unos 6.500 millones de dólares sólo en concepto de retenciones; es decir, más de lo que estipulaba el Fondo del Bicentenario. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, señaló el posible récord de cosecha en su discurso ante la Asamblea Legislativa, y el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, habló recientemente de una cosecha de entre 93 y 95 millones de toneladas. Pero entre las palabras y los hechos se refleja una contradicción.

Si es real que habrá una muy buena cosecha, habrá que incluir en el total a la magra trilla del trigo. Más que la cifra, unas 7,5 millones de toneladas, también se debe señalar la insólita situación de que gran parte del trigo se ha cosechado y pero no se pudo vender. La consecuencia de la restricción comercial que impuso el Gobierno, es lo que origina la baja intención de siembra para la próxima campaña triguera. En el Ministerio de Agricultura saben que deben dar señales y por ese motivo el ministro Domínguez anunció la devolución de retenciones a pequeños productores a partir del mes próximo. Es decir, la medida anunciada por la presidenta, en septiembre de 2009, sin concretarse hasta el momento.

Si el Gobierno quisiera dar más señales positivas al campo, también tendría que concretar lo establecido en el programa "Maíz plus", anunciado en diciembre de 2008. Además, la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) no estableció la cifra de Producción Base (PB), a partir de la cual por cada millón de toneladas extra, los productores podrán solicitar desgravaciones impositivas en retenciones y otros tributos. Para la campaña 2008/09, la PB se fijó en 15 millones de toneladas, aunque no se llegó a esa cifra.

Cuando la presidenta se refirió al campo en su discurso ante el Congreso, intentó explicar las diferencias entre lo virtual y lo real. Atribuyó los problemas de comercialización de trigo a que los productores no habían declarado sus existencias. Una explicación satisfactoria para los funcionarios que sólo quieren ver una realidad virtual, pero alejada de la verdad objetiva que dice que el mercado está paralizado por las continuas y negativas intervenciones del Gobierno.