La chaya de agua en las siestas sanjuaninas de épocas pasadas. Se juntaban
niños, adolescentes y adultos, vecinos de los distintos barrios a jugar con agua.

Este fin de semana se celebra una de las fiestas populares más colorida y alegre del calendario. La única que además de aprovechar el sábado y domingo se hace extensiva al lunes y martes, días que han sido declarados feriados en una medida que muchas veces ha generado polémica desde el punto de vista laboral, a pesar del fuerte impacto que este fin de semana largo tiene en determinadas actividades como el turismo.


Algo de historia

Las raíces de esta fiesta está en antiguas culturas. Los historiadores coinciden que el carnaval es una celebración antiquísima que podría tener más de 5.000 años. En realidad el término carnaval proviene del italiano "carnavale'' que significa "retirar carne'', un concepto que refiere a los 40 días de ayuno y abstinencia que transcurren desde su inicio hasta la Pascua de Resurrección. Sin embargo, hay quienes sostienen que el origen está en las fiestas paganas italianas en honor a Baco, el dios romano del caos, las fiestas y el vino.


El carnaval es popular en todo el mundo pero desde que esta fiesta se institucionalizó fue la ciudad italiana de Venecia la que se convirtió en el centro de los mayores festejos caracterizado por un pintoresco entorno y una elegancia sin igual. Brasil también es epicentro a nivel mundial de esta celebración en su conocido sambódromo de Río de Janeiro y en nuestro país la celebración alcanza gran despliegue en provincias del litoral como Entre Ríos (Gualeguaychú) y Corrientes; en las del Norte y en la ciudad de Buenos Aires. 


Celebración sanjuanina


En San Juan donde también es tradicional el festejo del carnaval hay departamentos como Chimbas donde esta celebración alcanza un brillo muy particular. Aquí intervienen en sus distintas manifestaciones numerosas barriadas que se preparan durante todo el año, una costumbre que se ha visto interrumpida en estos últimos años por la pandemia del covid-19, pero que existe el firme interés en que resurja como una de las expresiones más auténticas de la alegría de un pueblo.


Carnavales de antaño


Como señala la licenciada en Turismo, María Teresa Forradellas, en los carnavales de antaño de nuestra provincia se vivía la auténtica alegría del carnaval. Tal vez sin la magnificencia de otras capitales pero con el espíritu que lograba que la gente lo pasara muy bien. La asistencia a los bailes disfrazados era una costumbre. Todos iban con disfraz, antifaz o careta. En los corsos se jugaba con albahaca mojada en agua.


Se esperaba también con mucho entusiasmo el juego de la chaya con balde y agua en horas de la siesta, una actividad que se compartía con amigos y también con toda la familia.


La "Libanesa'' era por las noches uno de los lugares preferidos para ir a bailar. También estaba Casa España y el Club Los Andes donde no faltaba el papel picado, serpentina y lanza perfumes.


Las comparsas que intervenían en los corsos eran pintorescas e integradas por una gran cantidad de músicos y bailarines. La de Villa de Carril fue durante años una de las más destacadas por su organización y presentación.


Las máscaras sueltas eran una parte muy importante ya que ponían de manifiesto toda la creatividad y empeño de personas que se sumaban a los corsos en ocasiones espontáneamente, aunque se los registraba y se les otorgaba un número para identificarlos y mencionarlos a su paso por el palco oficial o las distintas paradas. 


La figura del indio totalmente pintado con corcho ennegrecido, el arlequín, el dominó de blanco y negro, el borracho o los hombres vestidos de mujeres eran habituales en cada corso y los que despertaban la risa del público, cuando no el miedo de los más pequeños que se aterrorizaban cuando por ejemplo veían a los indios abalanzándose contra la gente.


El broche de oro lo colocaban algunos entusiastas que iban al finalizar el corso en rodados como camionetas o camiones. En ellos portaban tachos con agua desde los cuales les arrojaban a la gente que la recibían con beneplácito.

Una de las manifestaciones populares fue también el Carnaval infantil de DIARIO DE CUYO y la elección de su reina en las décadas de 1980 y 1990.


Cambio de costumbres


Muchas de estas costumbres que enmarcaban el festejo del carnaval, como las tradicionales fotografías de las máscaras o niños disfrazados, han ido desapareciendo. La pausa impuesta por la pandemia del covid-19 también ha contribuido para que esta nueva edición del carnaval 2022 tenga características especiales, un poco antes este festejo ha ido dando lugar a grandes espectáculos musicales con bandas de moda y en escenarios determinados como estadios deportivos o salones conocidos. Ahora es un festejo diferente acotado a cuatro días no laborables que se utiliza más para hacer turismo interno. Han quedado en el tiempo aquellas manifestaciones de alegría popular que se vivían en las calles, que muchos esperan que algún día regresen.