Las autoridades municipales están empeñadas en completar el arduo pero necesario ordenamiento del comercio informal en nuestra ciudad y, tras la eliminación de los puestos fijos en el microcentro, ahora se proponen errradicar las ventas ilegales que han proliferado en otros puntos claves, como la Plaza España y el Parque de Mayo.

El Concejo Deliberante de la Municipalidad de la Ciudad de San Juan, ha dado el marco legal adecuado para la normalización de una actividad marginal que perjudicaba al comerciante establecido y al fisco, entre otras irregularidades. Poner en regla a los vendedores ambulantes no es una tarea fácil, no sólo en nuestra provincia sino en el país y muchas veces tiene agravantes como la explotación de menores y la venta de mercadería falsificada cuando no proveniente de reducidores que actúan con los llamados "pìratas del asfalto". También tiene otras connotaciones, de la que son parte comerciantes mayoristas inescrupulosos, que surten de mercadería a gente necesitada para apostarla en las calles, eludiendo cargas tributarias y costos laborales. No se explica de otra manera cómo un vendedor ambulante dispone de tanto surtido, según las fechas puntuales de celebraciones, festividades y encuentros deportivos, imposible de sostener por parte de un trabajador independiente.

La competencia desleal de los ambulantes va camino a desaparecer de las calles y lugares clave de la capital sanjuanina, con una decisión política que merece ser reconocida por la comunidad, de la misma manera que se erradicaron los cuidacoches de radio céntrico y debería seguir en los lugares de la periferia donde algún acontecimiento da lugar al acoso de los cuidadores.