Sin duda alguna la iconografía existente sobre el Libertador es una de las más profusas que hay. Los cuadros o imágenes que engalanan nuestros museos, escuelas o edificios públicos muestran la estampa del General José de San Martín con imágenes que abarcan todos los episodios de su larga y fecunda vida. Es así que la cantidad de retratos que lo exponen resulta prácticamente incontable y también dispersa, pues hay representaciones sanmartinianas en todo el mundo, sin contabilizar la estatuaria que conforma otro componente iconográfico.

De todas las imágenes que hay de San Martín hay una que reviste de un valor especial: se trata del famoso daguerrotipo que lo muestra en su cumpleaños número 70 y que fuera tomado en 1848 cuando el Libertador se encontraba en París, y que actualmente se lo puede apreciar en el Museo Histórico Nacional. Sabemos que su valor radica en que es la única fotografía original que hay de nuestro héroe máximo y por lo tanto es el cuadro que lo muestra tal como fue. El retrato mide sólo 12 por 10 cms. y es una pieza única dentro de la iconografía patria.

Se relata que Merceditas junto a su esposo Mariano Balcarce, llevaron un poco engañado a su padre, pues tenía cierta resistencia a ser retratado. Su hija lo vistió con su mejor levita, de color negro, una blanca camisa de cuello alto y un corbatón de seda. Cuentan los historiadores que se dirigieron a un acreditado atelier parisino, cuyo técnico era un experto en la técnica de daguerrotipos. Es aquí donde el versado fotógrafo comenzó, en un lugar adecuado para aprovechar la luz natural, con los prolegómenos de las históricas fotos. El sitio era una especie de casilla de madera, con techos y algunas de sus paredes de vidrio, colmado de cortinados para lograr controlar la luz.

El joven fotógrafo, llamado Robert Bingham, amablemente invitó a pasar al ilustre cliente y una vez sentado le inmovilizó su cabeza colocando sobre su nuca un soporte de hierro. Se hacía de esta manera porque la placa necesitaba casi 40 segundos de exposición para lograr un registro pleno.

Según los investigadores en esta sesión a San Martín le sacaron dos daguerrotipos; el primero lo muestra con su brazo cruzado dentro de la chaquetilla, al modo Napoleón, y el otro lo muestra con ambos brazos apoyados sobre un sillón. Pasado el tiempo fue el primer daguerrotipo el que perduró y que luego fue copiado por un artista francés llamado Edmond Gastan. Este hábil pintor es el que hace una impecable reproducción del retrato que luego se popularizó y que finalmente desembarcó en Buenos Aires. El segundo retrato siguió otro camino para luego extraviarse. Nunca se encontraron pistas sobre él.