El caso del culto al "gaucho José Dolores” desde el punto de vista histórico, se nutre principalmente de la oralidad colectiva, pues no existe hasta el momento una fuente escrita categórica que asevere su existencia; no obstante me llamó la atención lo concluyente, por ejemplo, de las fechas referidas tanto a su nacimiento como a su muerte, fechas que, con pequeñas variantes, repiten todas las publicaciones que hay sobre él. Del mismo modo son rotundos los nombres de diferentes personas vinculados con su vida y sus últimos días. Algunas de estas personas hasta el momento, no fue posible corroborar su existencia, otras contrariamente tuvieron existencia histórica. A prima facie, como expresamos estos datos provienen de la tradición oral trasmitida y preservada por la memoria histórica, luego en el transcurso del tiempo, el imaginario social le fue incorporando diversos atributos en cuanto a su perfil humano y también referido a su corta vida. Indudablemente como ocurre con otras devociones populares, el tema de la muerte trágica, acompañada de la injusticia social, abuso de autoridad y otros componentes "sui generis”, constituye el núcleo de esta veneración. La breve existencia de este gaucho, la ubicamos en la primera mitad del Siglo XIX. En general, como expresamos, los datos biográficos serían más o menos los siguientes. José Dolores Córdoba, habría nacido en San Juan, el 19 de marzo de 1805, si bien para otros autores esa fecha corresponde a su bautizo. En cuanto a su apellido no se sabe con precisión cual fue, ciertos escritos apuntan que sería Faginay. En relación a sus nombres, José derivaría de "su santo”, San José, cuya fiesta patronal se celebra el 19 de marzo. Dolores procedería, según una versión, de los fuertes dolores que soportó su madre en el momento de su nacimiento, o a que su vida estuvo marcada por el sufrimiento.
En cuanto a Córdoba, que se lo toma como su apellido, perece ser que es derivación del origen de sus padres, quienes provendrían de esta provincia, pero el imaginario colectivo le atribuyó la connotación de apellido. Siguiendo a la mayoría de sus breves biografías, estas apuntan que sus ascendientes se asentaron en el actual departamento San Martín, en otrora Angaco Sur, a mediados del siglo XVIII. Los padres habrían sido Lucas Faginay y Salona Castro. El matrimonio se afincó en la propiedad de un tal Bonero Correa, dedicándose a las tareas agrícolas. En estas circunstancias doña Salona dio a luz a José, en tanto que su esposo habría sido reclutado para pelear en la injusta guerra del Paraguay, por lo tanto su esposa quedó sola. Este punto es anacrónico, pues tal guerra sucedería casi 60 años más tarde. Posiblemente su separación haya sido motivada por otras circunstancias, difíciles de dilucidar.
Así las cosas el joven, pasado el tiempo, se transformó en una suerte de bandolero social, con un aura de "Robín Hood criollo”, como lo han denominado. Su mala estrella hizo que se enamorara de la misma mujer que un comisario, amor que no prosperó, y que según la mayoría de las versiones, terminó con su vida, en febrero de 1858, cuando en ocasión de una fiesta, fue entregado vilmente para ser ultimado y luego rematado en el sitio donde luego se erigiría su oratorio. No se sabe dónde fue sepultado, para algunos al pie del mismo algarrobo, que en realidad es una glicinia, para otros en Carpintería o en algún +campo santo+, que ya no existe, o quizá en un cementerio parroquial En cuanto a su acta de defunción, quien escribe, localizó un documento que puede que corresponda a su trágica muerte. Se trata de un acta de defunción que encontré en el archivo de la Parroquia de la Merced, que data justamente del año 1858, pero del mes de diciembre. El dato resulta alentador, pues reza lo siguiente:
"Diciembre 1858. Al primero de diciembre di boleto de sepultura al cadáver de un hombre asesinado, y por estar corrompido no se apuntan su nombre porque se ignora quien sea. Gratis. Eleuterio Cano+ (Fuente: Archivo Parroquia de La Merced, Libro 13, Defunciones 1844-1885, folio 53).
Eleuterio Cano era el entonces cura de la Catedral, el mismo que firmó el acta de defunción- unos días antes- del ex gobernador Nazario Benavides, quien como sabemos, también fue asesinado. Es posible que esta sea el acta de defunción de José Dolores, con la salvedad de que la fecha dista de la dada por la mayoría de los escritos. La aclaración de "gratis”, indica que por ser una persona sin identidad, el gasto que demando su sepultura, no se cobró. Esta hipótesis contradice la tradición oral, que relata que fue velado y sepultado cristianamente. La escasa diferencia temporal denotada en la mencionada acta de defunción, puede ser consecuencia de la tradición oral, la cual puede incurrir en este tipo de variantes.
(*) Magister en Historia.