En la conformación de la devoción a la Difunta Correa, luego de años de estudio, podemos advertir que existen tres variables, que originaron el culto, el más popular de Latinoamérica. Si vamos a la variable histórica, nos encontramos con los escritos de Horacio Videla. Resumiendo lo que dice este último, es que dos hermanas de apellido Correa se casaron con dos hermanos Bustos, estos últimos emparentados con el gobernador de Córdoba, Juan Bautista Bustos. Una de ellas de nombre Deolinda, esto es a partir de 1840 aproximadamente, en ocasión de haber sido tomado preso su marido Baudilio Bustos, o "levantado por las levas", partió en su búsqueda tomando rumbo junto a su pequeño niño a Valle Fértil, por ese camino desértico, que huele a arena y muerte, llamado travesía, sus fuerzas la abandonaron, la sed se hizo espantosa, falleciendo. Lo milagroso es que el niño estaba con vida, gracias a la leche proporcionada por el seno materno. De esta crónica tan cruel, no existe documento alguno, posiblemente se haya originado vía oral, siendo un tanto difusa. En cuanto al matrimonio Correa-Bustos, el especialista en genealogía Guillermo Collado revisó los archivos desde 1797 en la Parroquia de La Merced y de La Inmaculada Concepción. Su conclusión es la siguiente: "Los datos encontrados tornan inexacta la afirmación de Horacio Videla". En realidad los únicos documentos encontrados son una serie de anotaciones, en el Archivo de la Parroquia Cristo Rey de Caucete, que hacen referencia a pedidos de misas por el alma de "la finada Correa", en noviembre de 1878 a 1883. Otra hipótesis o mención, es la referida a que los hermanos Rogelio y Laura Díaz Costa, habrían ubicado el acta de casamiento de las hermanas Correas "existente en el Archivo de la Parroquia de La Merced". Lamentablemente no se ha podido dar con ella. La segunda variable es una lápida que se encuentra situada en la capilla de Nuestra Señora del Carmen erigida por el Padre Ricardo Báez Laspiur. Dicha lápida reza lo siguiente: "Recuerdo de gratitud y justicia a la caritativa Difunta Correa, q.e.p.d., 1892". Según Videla esta lápida se trajo de un templo de Villa Independencia, primer centro poblacional de Caucete. Es posible, dice un artículo periodístico de DIARIO DE CUYO de la década del '60, que Deolinda Correa fuese enterrada en un "campo santo" de Villa Independencia..., y que luego fuese trasladada al paraje Vallecito, lugar donde se inició el culto.


Por último tenemos la leyenda huarpe, recopilada por la Dra. Teresa Michieli, en su obra "Los Huarpes Protohistóricos" que posee una gran similitud con la historia de Deolinda Correa. La antropóloga María Cristina Krause interpreta, en su escrito "La transformación diacrónica del mito" que esta leyenda a lo largo del tiempo se vincula secuencialmente con la historia que nos ocupa.


Por último, ajeno a las variables planteadas, está la tumba de Deolinda Correa, que en épocas de la dictadura casi fue profanada. Recordemos que en esa época la Iglesia católica había prohibido rendirle culto a Deolinda Correa. La pregunta o planteo es, ¿sería posible analizar estos restos utilizando un método de datación absoluta, como el carbono 14? Como vemos hay un rompecabezas de hipótesis, en esta historia de fe y devoción.