Una baja recaudación de los impuestos provinciales y una deficiente distribución de los ingresos que provienen de la coparticipación federal, hicieron que durante 2009, la mayoría de las provincias del país obtuvieran resultados financieros negativos. Según un informe de la consultora Delphos Investment, la realidad es que sólo cuatro distritos pudieron mostrar un balance positivo el año pasado, entre las que se cuentan San Juan, además de Santiago del Estero, La Pampa y Chubut.

El aumento del déficit alimenta el fantasma de las cuasimonedas que podrían verse obligadas a emitir los gobiernos provinciales para hacer frente a sus obligaciones financieras. El antecedente más cercano hay que buscarlo en la crisis de 2001. El caso de la provincia de Buenos Aires resulta ser el más emblemático, con un déficit que podría superar los 6000 millones de pesos, aunque también los grandes distritos, como Córdoba, Santa Fe y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cerraron 2009 con un déficit de cientos de millones de pesos. En Santa Cruz, es paradigmático el deterioro de los ingresos y el mal manejo de los gastos, que resultan en un déficit fiscal de 1300 millones de pesos, siendo la segunda provincia con peor resultado en términos absolutos.

El informe advierte que durante el año pasado, los fondos coparticipados a las jurisdicciones alcanzarían apenas el 24% de la recaudación total del gobierno nacional; es decir, diez puntos por debajo de lo establecido por ley. El documento elabora un ranking de todas las provincias, sobre la base de indicadores vinculados con la situación fiscal, solvencia, situación social, comercio exterior e infraestructura. Las provincias con mejor desempeño combinan un perfil exportador con una gestión ordenada.

Resulta importante mostrarse como una provincia prolija, ya que eso le da credibilidad al inversor. Además, estar en rojo puede llegar a generar problemas para otorgar aumentos de sueldos, con el riesgo de un incremento de la conflictividad en las negociaciones salariales. En los años anteriores, el salario provincial venía creciendo en términos reales, pero en 2009 muchas provincias dieron aumentos por debajo de la inflación real. Buenos Aires otorgó el 8,9% y Córdoba, el 9,5%, con una inflación real de 16 por ciento. En una provincia con déficit, lo primero que se corta es el gasto en personal y luego la obra pública, con la consecuencia de menos viviendas, escuelas y hospitales.

La honestidad y transparencia en el manejo del dinero público redunda siempre en beneficio de los ciudadanos, de la paz social y de la credibilidad para inversores, generándose de este modo trabajo digno, salarios justos y progreso sostenido. trabajo digno.