Suena como un gesto trivial, pero no lo es. La dictadura de Cuba se niega a tener contacto directo o incluso participar en eventos con asistencia de opositores pacíficos. Quien se atreva a organizarse para exigir elecciones libres o la libertad de prensa es considerado como un "mercenario estadounidense”. Si las embajadas extranjeras celebran sus fiestas nacionales e invitan a los disidentes, el régimen cubano envía artistas pro-gubernamentales o "intelectuales” asalariados del gobierno, pero no a funcionarios estatales.

Para Obama, invitar a los disidentes como las Damas de Blanco y otros opositores pacíficos a la ceremonia de izamiento de la bandera estadounidense en La Habana, junto al ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, sería una prueba de que mantendrá su compromiso con la democracia y los derechos humanos en Cuba. Sería también una manera para que Obama corrija el error que cometió al romper la vieja promesa estadounidense de no hacer un acuerdo con el régimen cubano sin consultar con la oposición pacífica. Los disidentes fueron tomados por sorpresa cuando se anunció la normalización el 17 de diciembre, y perdieron influencia política internamente al no poder reclamar ni siquiera un papel menor en el resultado de las negociaciones.

El conocido disidente Guillermo Fariñas me dijo que, hasta el momento, ni él ni ninguno de sus compañeros opositores han sido invitado a la ceremonia del 14 de agosto. Si Kerry invita a la oposición pacífica, sería la primera vez que funcionarios cubanos de alto rango y opositores participen en un mismo evento social, señaló. "Sería un avance”, me dijo Fariñas. "Sería una manera de enviar un mensaje de que a pesar de que no tuvieron en cuenta la posición de la mayoría de los opositores, EEUU sigue apoyando a los demócratas y a la democracia en Cuba. Y si los funcionarios cubanos no asisten, se sabrá qué lado es el intolerante”.

Algunos disidentes cubanos tienen un mal presentimiento sobre el viaje de Kerry, porque coincide con una cumbre de la oposición interna y el exilio cubano que tendrá lugar del 12 al 18 de agosto en Puerto Rico, a la que acudirán casi todos los líderes disidentes. El Departamento de Estado sabía desde hace tiempo sobre la reunión de Puerto Rico, porque ayudó a los disidentes cubanos a conseguir sus visas para el viaje, dicen.

¿Podría ser que Kerry programó su viaje a Cuba para no coincidir con los principales líderes de la oposición, y evitar una confrontación temprana con el régimen castrista que podría arruinar su fiesta diplomática? Sobre esta invitación, una portavoz del Departamento de Estado señaló: "estamos trabajando en el itinerario de viaje…y todavía no hemos determinado las listas de invitados.”

Mi opinión: No invitar a los disidentes a la ceremonia sería un gran error que pondría en duda el compromiso de Obama con la lucha por la democracia en Cuba. Obama ha dicho a menudo que después de cinco décadas de una política de confrontación que no ha dado resultados, es hora de probar algo nuevo y tender puentes con el régimen cubano. Y que su nueva política hacia Cuba "incluirá el continúo y firme apoyo a la mejora de los derechos humanos y las reformas democrática”.