El Gobierno nacional declaró caduca la licencia de la firma Cablevisión SA para ofrecer acceso a Internet bajo la marca Fibertel y dio un plazo de 90 días para cumplir con la decisión. La operadora de TV paga del Grupo Clarín, recurrirá a la Justicia por entender que la medida afecta a más de un millón de clientes.

Durante los últimos siete años, Cablevisión obtuvo varios dictámenes favorables del Gobierno que nunca objetó su operatoria. En 2003, Fibertel se fusionó en Cablevisión y comunicó esa decisión societaria al PE, la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) dictaminó en forma favorable y la Secretaría de Comunicaciones nunca se expidió. En 2006, el Grupo Clarín, que operaba la licencia Multicanal, compró Cablevisión con Fibertel adentro ,y ya fusionado, y comunicó esa operación al Gobierno. Nuevamente la CNC dictaminó favorablemente y la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia aprobó la fusión en 2007, durante la presidencia de Néstor Kirchner. La Secretaría de Comunicaciones tenía 60 días para expedirse y dejó pasar el plazo sin objetar.

El mercado de las telecomunicaciones se caracteriza por la dinamicidad. Por eso la legislación otorga a la Secretaría de Comunicaciones 60 días para pronunciarse: debió hacerlo en 2006, pero no lo hizo. En vez rectificar su error, ahora el Gobierno castiga a un licenciatario y le ofrece un millón de usuarios a Telefónica y Telecom, permitiendo un oligopolio poco transparente. Según el ministro de Planificación, Julio De Vido, la operadora de TV por cable usurpó la licencia de Fibertel. ¿Por qué no objetó antes la falta de autorización, cuando la Justicia daba los plazos, o aplicó sanciones?

La intimación de la CNC a la empresa a suspender sus actividades pareciera inscribirse en una nueva acción marcada más por el desorden y la confrontación que por lo que es justo, poniendo en riesgo nuevamente la transparencia de las reglas de juego que deben existir en un país democrático. Si el gobierno considera que algo era objetable, tiene las vías administrativa y judicial sin necesidad de provocar escándalos o decisiones improvisadas.

Tras la sanción de la ley de medios, y los avances sobre Papel Prensa como herramienta para dominar la comercialización de papel, afectando la libertad de prensa, se emprende la batalla contra Internet, en un intento de imponer el predominio de sus interesases, sus posiciones ideológicas y disputas. Es ejercer presión con un acto de censura y la restricción arbitraria al derecho a la información.