"El ser humano puede causar estorbo profundo en la comida y la bebida, como así también con la honra del mundo, y la admiración de los hombres''. Es que buscar la admiración puede llevar a hacer las más grandes cosas como las más desesperadas. Muchos buscan quedar bien apoyando a unos y sorprendiendo a otros. Por ello, la cultura de la libertad, es la que podría abrir definitivamente la mente de los ciudadanos sobre intereses elitistas cada vez más indefendibles, para defender un Estado que respete la libertad responsable de los individuos, por encima de las leyes del libre mercado. La libertad verdadera se opone al fascismo, racismo o fanatismo ideológico de derecha u izquierda, como el religioso. Y, tal vez, por ello, autores rebeldes como Ortega y Gasset, Adam Smith, Popper, Raymond Aron, entre otros, sorprenden ante el intelectual Marx, y el mismísimo comunismo.

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No obstante, cuando la comida y la bebida son caras, poco importa la ideología o partido político de turno, como cualquier tema es óptimo para acaparar la atención de todos. Oportunamente, los argentinos hemos andado en ello de tanto en tanto, y seria oportuno, que nos empezáramos a contar las cosas. Muchas penas vividas por décadas, fueron duros sentires que de poco sirvieron a construir una memoria colectiva, que nos ayude a superar los desafíos en conjunto como nación. Las gran grieta solo sirvió a los intereses de turno. Reventándonos de tanto en tanto, muchos sueños quedaron al costado del camino.


Al respecto, todas las penas sin dueño siempre las carga el puestero de turno, es pena prestada para el caso, o sólo para ponerse en los brazos del poder dominante. Así entonces, el pasado siempre es usado como medio para justificar las penas presentes, y el futuro, en promesas eternas que casi nunca llegaron.

La cultura de la libertad responsable, es la que podría abrir definitivamente la mente de los ciudadanos, sobre intereses elitistas cada vez más indefendibles.


El ser actual no es un ser racional, sino sentimental, para vivir los desafíos presentes. Nos parecemos más al ser animal que a un ser intelectual. Al respecto, muchos jóvenes viven la vida al día a día con intensidad, a full, disfrutando al máximo el momento oportuno ¡Así no hay Ser señor! Vivir con intensidad no es lo mismo que vivir profundidad. La realidad emprendedora no es inteligencia. No obstante, lo que quiero decir es que la Argentina no se hizo sola, la hicieron muchos caminando y a ponchazos, aunque hubo algunos que la compraron, salvajemente a caballo. El neoliberalismo demoniza al populismo, y éste al liberalismo, en una batalla sin final. Es decir, los libros de historia atestiguan como la teoría populista, caminó la patria a ponchazos; la neoliberalista, salvajemente a caballo. Pero ahora lo más preocupante es que el adelanto tecno nos obliga a hacer la patria a la velocidad de la luz. El verdadero totalitarismo actual radica en adecuar todo a la modernización urgente de las cosas, restando importancia a la calidad humana. La libertad de la tribu o de las masas consiste en reivindicar la vida frente al despotismo material. En fin, para concluir, valgan las palabras de Marx cuando corrigió a Hegel, que en la ocasión de futuro "la familia y la sociedad burguesa se convierten por si mismas en Estado; ambas son la fuerza activa para la paz''.

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Por Diego Romero, Periodista, filósofo y escritor.