Francisco Narciso Laprida, Manuel Belgrano y fray Justo Santa María de Oro.


Se cumplieron 250 años desde su nacimiento y 200 años desde su muerte. En el año Belgraniano, todas las provincias le rinden honores. El prócer actuó lejos de Cuyo pero estuvo cercano a sus sentimientos. Atento a lo que sucedía con la empresa sanmartiniana y a los soldados que estuvieron a sus órdenes y ahora lo hacían al servicio del General José de San Martín. Los lazos con San Juan son escasos; pero hay un momento crucial donde fueron partícipes Manuel Belgrano y dos sanjuaninos. Este encuentro se llevó a cabo en la épica Tucumán, durante el Congreso de las Provincias Unidas de 1816. El Congreso se instaló el 24 de marzo, a las 9 horas. Para ese año, el Creador de la Escarapela contaba con apenas 46 años de edad. "Belgrano, llega, pues, por segunda vez a Tucumán, en los primeros días del mes de julio de 1816". Pbro. Dr. Jorge Bekier (1962). El arribo del General Belgrano a Tucumán fue un acontecimiento. La jerarquía del visitante no era para menos. Sus méritos eran enormes. Por otra parte, la exquisitez de su espíritu, su talento y la cultura humanística clásica que poseía le hacían una persona de trato encantador", agrega Bekier. A partir de estas palabras, se hace mucho más sencillo comprender lo que significó su presencia. Al conocerse su llegada los congresales se mostraron interesados en escuchar a Belgrano, quien acababa de regresar de Europa. Por ello fue invitado en sesión secreta el 6 de julio. Entre los congresales presentes, los sanjuaninos: fray Justo Santa María de Oro y Francisco Narciso de Laprida, quien con 30 años, tuvo el honor de presidir el Congreso en el mes de julio. Fue un momento especial y conmovedor donde todos ellos querían oír sus opiniones sobre la forma de gobierno que debía adoptar nuestro territorio.


Belgrano les hizo entender que la forma de gobierno más conveniente para estas provincias sería la de una monarquía temperada, llamando a la Dinastía de los Incas. El prócer dejó en claro que su inclinación por una monarquía incaica. Se basaba en la realidad europea.


El 8 de octubre de 1816, Belgrano le informaba a Bernardino Rivadavia los detalles de esta reunión. "...el Congreso me llamó a una sesión secreta y me hizo varias preguntas, yo hablé, me exalté, lloré e hice llorar a todos al considerar la situación infeliz del país". Por lo que dice el acta y parte del oficio citado -presumo que fue un momento conmovedor para Laprida y para Belgrano, donde el Presidente procedió con mucha cortesía y caballerosidad hacia él. Sosteniéndolo siempre en su emotivo discurso aunque no creo que lo haya convencido sus principios monárquicos y mucho menos a Fray Justo Santa María de Oro-. En estas circunstancias muchos congresales respaldaban la propuesta de Belgrano, excepto fray Justo Santa María de Oro. Fue el primer congresal antimonárquico en oponerse. Afirmó que "para proceder a declarar la forma de gobierno, era preciso consultar previamente a los pueblos".


En sesión del 9 de julio se declaró finalmente la Independencia de las Provincias Unidas. La intervención del fraile sanjuanino en el Congreso fue decisiva para librarnos del régimen monárquico, a la cual también adherían San Martín y Güemes e imponer su modo de vida republicana llevada a cabo con los dominicos. Belgrano resignado ante esta decisión volvería a la escena del Congreso, mediante la adopción por ley de su Bandera "celeste y blanca" para nuestra Nación independiente.

Por Iván Hidalgo Durán
Licenciado en Geografía