Para juzgar imparcialmente hechos que acontecieron hace 204 años y no caer en corrientes historiográficas que podrían desvirtuar lo ocurrido, es necesario conocer en profundidad no solamente la situación imperante en el lugar que se realizaron, sino también en el exterior. De esta manera comprenderemos en toda su magnitud este 9 de julio que hoy nos convoca.


Con la vuelta de Fernando VII al trono de España y la abdicación de Napoleón, se desvanecían los sueños fundados en la renovación de las instituciones políticas, por obra del imperio liberal que alentaban muchos de nuestros patriotas y desaparecía también la causa confesada de la revolución americana, combinación de lealtad a la corona y la resistencia a seguir la suerte de la península. Por otra parte, en el país, la renuncia de Alvear arrastró la disolución de la Asamblea del año 13, que es liquidada formalmente por el Cabildo de Buenos Aires el 15 de abril de 1815. Así las cosas las Provincias Unidas quedan sin gobierno: la Asamblea fue disuelta y el director ha renunciado: el Cabildo de Buenos Aires reasume la autoridad que esgrimía desde 1810.

"El 9 de julio de 1816 se presenta como primer asunto, el de la Libertad e Independencia que respondía al generalizado anhelo de los pueblos. De esta manera la guerra iniciada como una simple discordia civil, se transforma en una lucha continentalmente americana.''

Con estos antecedentes los momentos fueron críticos para los revolucionarios americanos. La presencia de los españoles en Chile constituía un peligro cada vez mayor para las autoridades de las Naciones Unidas. El eclipse de Napoleón permitía que España centrara toda su atención en en las colonias americanas. El panorama de las Provincias Unidas era oscuro: paralización del comercio con el Norte de Chile, asaltos y robos, pesadas contribuciones en el interior agravaban la situación. Con todo ese clima el 24 de mayo de 1816 el Congreso de las Provincias Unidas del Río de la Plata, declara la independencia de las Provincias Unidas de Sur América. El 9 de julio de 1816 se presenta como primer asunto, el de la Libertad e Independencia que respondía al generalizado anhelo de los pueblos. De esta manera la guerra iniciada como una simple discordia civil, se transforma en una lucha continentalmente americana.


Nadie puede negar hoy que su influencia fue fundamental para establecer un nuevo concepto en materia de libertad e independencia. También debe reconocerse que el Congreso de Tucumán significó la aproximación hacia el federalismo. El 9 de julio de 1816, fue consecuencia de la Revolución de Mayo.


Hoy, a más de dos siglos de aquel hito en la historia Nacional, necesitamos que los hombres y mujeres de nuestro país día a día con su esfuerzo mantengan siempre en alto los preceptos de aquellos preclaros varones reunidos en el Congreso de Tucumán.


Los altos ideales de libertad que ellos sostuvieron fueron la base de la organización nacional que luego daría origen a una nueva y gloriosa nación.

Por Carlos R. Buscemi