Es grave afirmar que porque hay fútbol las masas están contenidas. Esto plantean quienes promueven este pasional juego. 



¿Puede el fútbol contener a las masas? Se ha sostenido por largo tiempo que gracias al fútbol, las masa están contenidas porque implica para ellas un mecanismo de control social de emociones y deseos, al mismo tiempo, actúa como válvula de escape ante cualquier sistema de presión o previsible de confrontación. No obstante ello debemos destacar, como sosteníamos en una publicación internacional en el periódico italiano Corriere Della Sera, del 22 de junio de 2014, en el que consideraba la práctica, según escribía la columnista Carola Traverso Saibante, como un tiro hacia el cambio social, que también debe empezar por la Asociación de Fútbol Argentino. 


La manipulación del fútbol ha puesto en evidencia los grandes intereses creados de sectores que quieren explotar este deporte para beneficio puramente económico olvidándose lo que el mismo significa como espectáculo deportivo. Mucha gente ya se ha expresado de cierta manera afirmando en común frases como estas: 'si esto es manipulación, no está mal. Me gusta ver el fútbol por televisión''. Hay que diferenciar muy bien entre lo que los gobiernos y empresas utilizan como para sacar al fútbol de la crisis y las ganancias que trae propiamente este juego apasionante. Por otra parte hay que saber observar como los medios de comunicación, los grandes inversores y el poder político propician o no el sacar rédito del fenómeno del fútbol utilizándolo para favorecer sus propios intereses. La situación está planteada desde aquellos sectores que intentas convencer que el fútbol es necesario y constituye en la práctica una promesa de lo que realmente es y voy a lograr, que se compre de manera tal que se vean los partidos o se concurra, disfrutando de esta forma de la tan ansiada calma social. 


Gran parte de los medios tienen que ver con este fenómeno donde se plantea el enfrentamiento como contienda y se vislumbra a través de ella como consecuencia cierta armonía en la convivencia social. Posición desacertada pues el termómetro que mide la estabilidad de los pueblos no está sujeto a un enfrentamiento deportivo concierto carácter de virtualismo real. Porqué digo esto, justamente porque el devenir del pueblo no puede estar sujeto a una justa deportiva, de hecho ya está señado con la eliminación de una de las barras o hinchadas ausentes en el campo de juego. 


Las masas se contienen por otros factores como lo son la economía familiar, el trabajo, el descanso y distracción, el goce de la salud y las realizaciones personales, por lo que es perverso sostener que porque está en el fútbol el éxito de la camiseta, mi estabilidad emocional está asegurada. Yo diría como sostuve oportunamente que si hay una pedagogía en el fútbol debe necesariamente haber una pedagogía social de orientación de comunidades o masas. Por otra parte sería absurdo asociar el desorden de AFA al momento de definir una política deportiva con ciertos desaciertos del gobierno, o suponer que un eventual acierto sería un punto a favor del gobierno de turno. 


Creo oportuna la reflexión para que se analice desde distintas ópticas el planteo de manera tal que prevalezca el criterio del deporte en función del desarrollo de la persona y de los pueblos como instancia especial de apoyo a otras realizaciones productivas y no como determinante del destino. 


Un enfoque ético sería ver al fútbol en relación al pueblo como una acción que involucra el carácter desde su construcción comunitaria y representativa del ser social, proyectada para favorecer el ámbito festivo del pueblo en sus habitantes.