El 10 de abril próximo los peruanos irán a las urnas para elegir a sus autoridades de gobierno, con un marcado apoyo a los candidatos de centro-derecha, corriente de pensamiento de la que han surgido los gobiernos que desde hace 20 años sostienen la apertura económica en Perú. Se considera que quien gane "deberá mantener lo sustantivo del modelo exportador, descentralista, democrático y de inversión'', que ha hecho que este país alcance un buen nivel de estabilidad económica y una creciente inserción en la economía global, lo que ha hecho disminuir considerablemente la pobreza.

En lo referido a las exportaciones hay que destacar que Perú posee una avanzada legislación vinculada a la minería, basada en el aprovechamiento de las regalías y la promoción de inversiones.

Los números son claros e indica que Perú creció un 8,8% en 2010, y tuvo una inflación inferior al 2 por ciento. También se consigna que los índices de pobreza disminuyeron del 54% al 35% de la población en la última década y que se espera para fines de este año alcanzar 28 por ciento.

Pero si algo hay que objetar a este modelo, con el propósito de que sea corregido a la brevedad, es la necesidad que tiene de introducir urgentes medidas para mejorar los niveles de educación, tecnología e infraestructura. Con esto se considera que logrará ser más competitivo a nivel mundial para continuar con su crecimiento.

Un ejemplo a tener en cuenta en nuestro país, donde en muchos sectores no se ofrecen las condiciones apropiadas para un real crecimiento económico, y son muy limitadas las mejoras vinculadas a la educación que se están aplicando.