La Policía de San Juan ha informado sobre los primeros resultados del llamado "Operativo Sol", que se intensifica en estos días por la concurrencia masiva en los lugares de fiestas nocturnas y zonas de recreación, donde los excesos de alcohol -especialmente en los conductores de vehículos-, pueden llevar a imprudencias que terminan en tragedia.
Este año el organismo intensificó su cometido en los automovilistas, pero incluyó también una mayor severidad con los comerciantes que transgreden las normas y los horarios establecidos para expender bebidas alcohólicas, y los resultados indican la efectividad de estos controles. Se comprobó un aumento del 40% de faltas contra la Ley Seca, respecto a los operativos del año pasado, de acuerdo a la información oficial. Y se radiaron de circulación 62 vehículos, cuyos conductores presentaban distintos niveles de estado de ebriedad, de acuerdo a las comprobaciones efectuadas con un mejor equipamiento de la fuerza y mayor número de alcoholímetros.
Los uniformados, además de ubicarse con los controles en lugares estratégicos por donde pasan los autos que salen de los boliches, sumaron otra táctica. Para ver si los bolicheros respetaban el horario límite de venta de bebidas alcohólicas, 3,30 de la madrugada, realizaron una inspección a esa hora. Pero regresaron luego y notaron que algunos locales volvían a vender. Por esta razón fueron sancionados y clausurados. Otros no respetaron la hora de cierre, las 5, y también recibieron multas y se desalojó el lugar.
Resultan oportunas estas inspecciones frente al desborde de los jóvenes, que tuvieron reacciones violentas tras las pruebas. En muchos casos se alcanzaron 2,8 gramos de alcohol en la sangre, cuando el límite permitido para conducir es 0,5, un índice que sorprendió a la policía porque no es común que se llegue a valores tan altos.
Lo importante, para tranquilidad tanto de los que participan en los festejos, como para sus familiares y el público en general, es que los operativos se mantengan e incrementen en cuanto a personal y movilidades, como se aumentó ahora respecto a 2008, ya que la experiencia indica que la presencia policial es más contundente que las exhortaciones y consejos destinados a crear una conciencia responsable durante las fiestas. Peor todavía si se conduce, o se manipula pirotecnia.
