La automedicación es la segunda fuente de intoxicación en la Argentina, después de las bebidas alcohólicas y mayor incluso, que la cocaína, según un estudio difundido por la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM), a partir de estudios de distintos colegios de profesionales, entre ellos de farmacéuticos y bioquímicos.
Este consumo incorrecto de medicamentos genera más de 22.000 fallecimientos por año y las internaciones relacionadas con los abusos originan un promedio de 60 decesos diarios, señala el informe. Además, nuestro país está entre los de mayor consumo de remedios por habitante en el mundo, con más de 16 unidades anuales, cifra solo superada en Francia y España.
De acuerdo a la investigación de la entidad, el número de fallecimientos tiene un correlato con las estadísticas del mercado argentino donde se expendieron 180.000.000 millones de medicamentos de venta libre entre febrero 2012 e igual mes de este año, lo que representa un consumo diario de 500.000 envases de especialidades medicinales que no han sido recetadas.
La AAPM sostiene que la ingesta descontrolada de paracetamol, aspirinas, ibuprofeno y viagra, entre otras sustancias farmacológicas que se adquieren fácilmente, se ha convertido en una "’epidemia silenciosa”, con costo para la salud pública, pues la mayoría de los intoxicados por medicamentos acude a los servicios de urgencia de los hospitales públicos de la Nación, provincias o municipios, de manera que por cada peso gastado en medicamentos de uso incorrecto, se destinan otros diez para neutralizar los efectos colaterales posteriores causados por una medicación errónea o debido al consumo excesivo.
El autoconsumo puede ser por malos hábitos que se transmiten de manera irresponsable, pero también alentado por la venta libre en kioscos, almacenes y supermercados chinos, quienes suelen fraccionar los blisters, violando las medidas de seguridad impuestas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Además, se transgrede la ley 26.567, sancionada por el Senado en diciembre de 2009, que ordena que todos los medicamentos sólo puedan ser expedidos en farmacias y por los profesionales habilitados.