Joseph Ratzinger es considerado uno de los grandes pontífices de nuestro tiempo.


 

Joseph Alois Ratzinger nació en Marktl am Inn, Alemania el 16 de abril de 1927. Fue ordenado junto a su hermano Georg el 29 de junio de 1951 y ordenado Cardenal por Paulo VI, el 27 de junio de 1977. En 1981 fue nombrado Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe por Juan Pablo II. Tras el fallecimiento del Sumo pontífice, el 2 de abril de 2005, Ratzinger es elegido como pontífice Nro 265 de la Iglesia Católica Apostólica Romana el 19 del mismo mes. En ese momento escoge el nombre de Benedicto.


Tras casi 8 años de pontificado renunció el 11 de febrero de 2013, para dedicar el resto de su vida a la oración y retiro espiritual en un convento de clausura. Su renuncia posibilitó la elección del actual pontífice Francisco, siendo el primer latinoamericano elegido.


Benedicto dejó una ingente obra teológica por ello es considerado como uno de los grandes pontífices de este convulsionado tiempo.


Benedicto en su vida recoleta de altísima espiritualidad ha dejado de escribir, porque año a año sus fuerzas físicas disminuyen. Como respuesta a la preocupación de los fieles Benedicto el 5 de febrero del corriente año dirigió una carta al director del periódico italiano IL Corriere Della Sera en que agradece la preocupación de los fieles por su persona y dice "estoy en peregrinación interior hacia Casa'', palabras sencillas que denotan conformidad, paz y esperanza.


La idea de la transitoriedad del hombre como peregrino, está siempre presente, porque el hombre parte y regresa a su lugar de origen. La existencia misma es un peregrinar, esto tiene valor no solo como acto religioso, sino también simbólico, metafórico. Entendiendo el peregrinar como "La salida de Egipto'' buscando la tierra prometida. Es el avance de un estado natural a un estado de conciencia en que el viaje simboliza el esfuerzo de superación y elevada conciencia que al final lo llevará a la fuente que apaga su sed.


El escribe "Casa" y lo hace con mayúscula. Los místicos han considerado a la casa tradicionalmente como un arca, como un jardín cerrado donde no entra el mal. En la casa por su carácter de vivienda se produce una fuerte identificación entre, vivienda y vida humana,las habitaciones son el símbolo de la individualidad, del pensamiento personal, simboliza la posibilidad de transitar.Las puertas y las ventanas posibilitan la entrada y la salida.


Ese viaje o peregrinar no es una traslación en el espacio sino la búsqueda de algo superior, ese es el viaje interior a que alude Benedicto, cuando se corte "el cordón de plata'' que lo une a su cuerpo material, el verdadero viaje para llegar a la Casa.


Durante 91 años ha sido largo el peregrinar, siente que se aproxima al final, al lugar que siempre anheló. Escaló grandes montañas, siempre con fe, con la mirada amplia, serena, libre, confiada, espera llegar a la Casa, que será el oasis lleno de esperanzas donde su sed será calmada.