En el mundo existen más de 1.200 millones de individuos fumadores, el 22,3% de la población mundial consume tabaco...


El consumo de tabaco comenzó en las sociedades occidentales hace unos cinco siglos y la fabricación de cigarrillos manufacturados en 1865, y su uso en las dos guerras mundiales fue lo que motivó a que pasara a ser un problema epidémico de graves consecuencias médicas y económicas. 


Su aceptación social ha pasado por diferentes etapas, en sus inicios se le atribuían propiedades medicinales y curativas, casi mágicas, hasta ser motivo de excomunión o de pena de muerte. Hoy en día se incluye entre las denominadas "drogas legales" y por su morbimortalidad y gran consumo de recursos, supone un problema sanitario a gran escala.


El tabaquismo es una enfermedad crónica sistémica perteneciente al grupo de las adicciones y está catalogada en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-V de la American Psychiatric Association. 


La OMS la señala como enfermedad, adictiva y crónica, pandémica, que afecta a todos los grupos étnicos, y no tiene fronteras, ni limitaciones de edad, sexo, estrato sociocultural o religión.


los estudiosos del tabaquismo coinciden en que más allá del simple acto de consumir tabaco, este constituye una enfermedad crónica, adictiva, pero que se puede prever. No somos hijos de un destino forzoso: ser adicto. La libertad humana no nació para ser esclava...


Se conoce que los factores genéticos contribuyen al uso del tabaco, con un grado de herencia equivalente a lo observado en otros desórdenes de abuso de substancias del orden del 50%. Alguno de estos riesgos es específico al tabaco, y es común la vulnerabilidad a desarrollar cualquier desorden. Suele iniciarse antes de los 18 años de edad y origina graves enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neoplásicas.


Las características de la personalidad, el ambiente y el ejemplo familiar, de los educadores y del grupo de amigos son de gran influencia para iniciarse en el consumo de tabaco.


En el mundo existen más de 1.200 millones de individuos fumadores. Hacia el 2020, "el 22,3% de la población mundial consume tabaco; el 37,5% de todos los hombres y el 7,8 % de las mujeres". La prevalencia de los fumadores difiere entre los distintos países y grupos de edad, así como en función del sexo y del nivel socioeconómico. En la actualidad se observa un crecimiento de la drogadicción en los países menos desarrollados y en las mujeres, así como un descenso en la edad de comienzo en el consumo de tabaco.


El tabaco es el único producto nocivo cuyo consumo está legalizado, y acaba -en el tiempo- con la vida de la mitad de sus consumidores, causando la muerte de una persona cada seis segundos en el mundo.


Al inhalar el humo de tabaco, el fumador consume entre 1 y 2 mg de nicotina por cigarrillo. La nicotina llega rápidamente a sus niveles máximos en el torrente sanguíneo y penetra en el cerebro. 


Aunque existen unas 7.000 sustancias químicas en el humo de los productos del tabaco, es la nicotina, descubierta a principios del siglo XIX, el principal componente adictivo del tabaco. 

Es posible revertir la historia. Prevenir es la palabra clave. Privarnos de algo para ser mejores, uno y los demás.

Pbro. Dr. José Juan García
Vicerrector de la Universidad Católica de Cuyo