Un problema que enfrentan los comunicadores, los psicólogos y los sociólogos de hoy es el del individualismo frente al pluralismo ideológico de las sociedades posmodernas. Cómo equilibrar el ser virtual con el hombre que vive en una sociedad con sus conflictos y problemas más actuales: desocupación, inestabilidad laboral, deseos de recreación, estados de frustración, carencia de proyectos y objetivos vitales.

Así las Relaciones Humanas y las Relaciones Públicas emergen como dos disciplinas con categoría de ciencias para la prevención en el área laboral de enfrentamientos y boicots. En este punto cabe una pregunta que no es simplemente un interrogante metodológico, ¿siendo materias con tantas aristas nobles para ser abordadas podrán definirse a lo largo del tiempo; admitirán una sola conceptualización? de ninguna manera.

El pluralismo ideológico se enmarca en las Relaciones Públicas a través de tres grandes visiones encauzadas en la Escuela Norteamericana, (cuidado de la imagen pública); la Europea (solidaridad y confianza entre las organizaciones y los grupos sociales); y la Latinoamericana (interés por la comunidad, la actualidad histórica y regional).

Un rol posmoderno que se le adjudica al relacionista público es el de Auditor social, que acompaña con su visión al Auditor económico.

Como Auditor social, el relacionista público debe administrar controversias de interés colectivo, como un especialista en comunicación, un analista de opinión pública y un asesor de la comunicación administrativa de la organización como tal, llamado a desempeñar en la actualidad y el futuro, un rol y una misión de trascendencia para las empresas o instituciones en cuanto a su transformación social.

Cabe pues en este punto una resignificación de estas áreas del saber humano para lograr una visión integradora y hasta propia que logre identidad y proyección.

Las Relaciones Públicas más que una teoría son una práctica, un esfuerzo continuo, reflexivo y ordenado, para mejorar la imagen de la institución ante los públicos. No se necesitan demasiadas palabras ni frases difíciles para definirlas, sino planes estratégicos que salgan de una mente creadora y lúcida que trabaje en equipo.

Las Relaciones Públicas ayudan a formar las voces de los intérpretes de realidades conflictivas, que no pueden solucionar por sí mismas, todos los problemas que no le permite entender las dos más bellas de las palabras: amar y compartir.