La hostería de Zonda, uno de los atractivos recuperados. Quedan otros sitios pendientes a mejorar.


Hace algunos días leí con agrado una nota referida al Parque "Federico Cantoni'', en Rivadavia. Como seguidor de DIARIO DE CUYO, a través de los años, noté la preocupación de los ciudadanos al manifestar la necesidad de hacer un proyecto turístico sustentable de envergadura. Se trata de una zona maravillosa para trabajar en un polo turístico que la provincia y el municipio no deben dejar de lado. Es un sitio de muchas bellezas naturales que se pueden potenciar con servicios de todo tipo, ferias artesanales, juegos y restaurantes, mejoras en el servicio de camping y hospedaje, aprovechando la infraestructura ociosa del proyecto "Terrazas'' que está abandonado desde hace años y que podría ofrecer albergue a contingentes de jóvenes que lo solicitaran, entre otras tantas innovaciones en las inmediaciones de la Cabeza del Indio.


Este parque se extiende a lo largo de la Quebrada de Zonda, en Rivadavia, situado al costado de la Ruta Provincial Nº12, al pie de la Sierra Chica de Zonda. Tiene una rica historia. Hasta allí llegaron en la década de 1930, obreros extranjeros, principalmente europeos, para trabajar en las "minas de Zonda'', nombre que dieron los yugoslavos a los túneles abiertos en esas serranías, con el objeto de hacer exploraciones mineras. Más de mil obreros, también de nacionalidad checoslovaca, trabajaron en el proyecto, como es el caso de Josep Broz (posteriormente Mariscal Tito de Yugoslavia) quien trabajó allá por la década del treinta.


El parque fue inaugurado el 11 de septiembre de 1932. El terreno con cerros y piedras se transformó en atractivo turístico de la provincia. En aquellos tiempos, el Cable Carril permitía el ascenso directo a caminos, sendas y la propia falda del cerro. El Escudo Nacional fue una obra de arte realizado con álamos plateados, coníferas, ceibos y variedades de arbustos, que aún se conservan. Las acequias contribuyen en este atractivo cultural, marcando la figura de nuestro símbolo patrio. Algo similar ocurre con Los Libros de Piedra. El monumento está compuesto por dos libros abiertos, realizados en piedra y separados por unos 500 metros de distancia. Desde allí se puede apreciar el Valle del Tulum, el Escudo Nacional y el Autódromo "Eduardo Copello''. Mientras, la tradicional Cabeza del Indio fue esculpida por el artista Luis Perlott. Una obra de cemento de gran tamaño levantada sobre un gran pedestal de roca, que evoca la presencia aborigen en San Juan. Desde la Cabeza del Indio, se tiene una hermosa vista de los 7 Caminos y sus túneles. Precisamente, la obra de Los Siete Caminos y los Túneles consiste en 7 niveles, desafiando la dureza de la roca, comunicados entre sí mediante túneles. Para llegar allí, se podía escalar el cerro o bien, subir por el cable carril.


Otro elemento emblemático es el Autódromo "Eduardo Copello'', construido en plena quebrada. Fue inaugurado el 8 de octubre de 1967. Tiene una extensión de aproximadamente 2.300 metros cuadrados. Las Cavas de Zonda también son otras de las atracciones más significativas, ya que ocupan algunos de los túneles, donde hay una temperatura constante de 18ºC.


Es de esperar que quienes ganen las próximas elecciones tengan visión de futuro en este aspecto turístico que es muy significativo para toda la provincia.

Por Rogelio Cabrera   DNI 18.389.376