Después de que Ortega fuera proclamado ganador con casi el 63% de los votos, Insulza fue citado en una declaración de la misión de observación electoral de la OEA en Nicaragua diciendo que "’en Nicaragua avanzó la democracia y la paz”. ¿De veras?, le pregunté a Insulza después de la declaración. ¿Honestamente piensa eso?

Para empezar, la mayoría de los observadores independientes coinciden en que la reelección de Ortega es inconstitucional. El artículo 147 de la Constitución nicaragüense prohibe específicamente que los presidentes en ejercicio sean candidatos a la reelección. Además, prohibe a un presidente que ha ocupado el cargo durante dos períodos pueda ejercer un tercero. Ortega ya que ha ejercido la presidencia en dos oportunidades.

Pero, tras no ganar suficientes votos en la Asamblea Nacional para cambiar la Constitución, Ortega aprovechó una Corte Suprema sólidamente oficialista para conseguir un fallo que declaraba que la prohibición constitucional era inconstitucional. Desde entonces, ha adoptado una serie de medidas que han revertido todo el proceso "ilegal y anticonstitucional”. Entre otras irregularidades, la elección fue supervisada por un Consejo Supremo Electoral pro-gubernamental cuyo período había expirado. Varias instituciones independientes de monitoreo electoral, como Ipade, y Ética y Transparencia, comprobaron "’interferencia” gubernamental en la emisión de credenciales de votación, lo que impidió que miles de personas pudieran votar.

Cuando le pregunté por la declaración de la OEA sobre que la democracia había dado un paso adelante, Insulza me dijo: "Eso fue un error”. Señaló que la misión de observación de la OEA había incluido esa cita en un comunicado de prensa para dar cuenta del llamado que le había hecho él a Ortega tras la elección. Pero más tarde, Insulza pidió que la cita fuera eliminada de la declaración, y ya no figura en la web de la OEA. "Yo quité esa frase del comunicado”, me dijo Insulza. "Consideré que era un error, porque el Secretario General de la OEA no debe emitir su opinión sobre un proceso electoral hasta que la misión de observación electoral de la OEA haya presentado su informe”, dijo.

Bueno, pero ¿lo dijo o no lo dijo en su conversación con Ortega?, pregunté. "Fue una interpretación de algo que se dijo durante mi conversación con Ortega”, respondió Insulza, agregando que fue en el contexto de una satisfacción generalizada porque las elecciones fueron pacíficas.

Mi opinión: la OEA cometió un gran error al no brindar un panorama más completo de las elecciones nicaragüenses en sus primeros informes. En cambio, la misión de observadores de la Unión Europea señaló que las elecciones estuvieron dirigidas por "autoridades electorales muy poco independientes y ecuánimes” que cometieron "’trampas y zancadillas” para aplastar a la oposición. Ahora, Ortega y sus aliados internacionales están utilizando el comunicado inicial de la OEA como supuesta evidencia de una victoria electoral legítima, lo que le facilitará acaparar aún mayores poderes para permanecer indefinidamente en el poder.

Sólo queda esperar que el informe final de la OEA refleje lo que verdaderamente pasó: fue una jornada electoral relativamente normal, con un claro resultado, pero precedida por un proceso totalmente sesgado que convierte a Ortega en una nueva versión del ex dictador Anastasio Somoza. La trampa no estuvo tanto en la votación, sino en el proceso que condujo a ella.